Carabineros de la República

Los carabineros del Ejército de la República y sus familiares vemos con estupor cómo en plena canícula el Gobierno socialista, entre crisis y veraneo, nos sortea astutamente. El ministro por los medios de comunicación dice que en virtud de la ley del 22 de octubre, cuyas disposiciones de aplicación aparecen en el BOE del 1 de julio actual, miles de militares del Ejército de la República y también carabineros se beneficiarán de la pensión mínima que se les otorga, reconociendo así sus derechos como combatientes del Gobierno legítimo. Pero luego aplica incompatibilidades para acceder al cobro de...

Los carabineros del Ejército de la República y sus familiares vemos con estupor cómo en plena canícula el Gobierno socialista, entre crisis y veraneo, nos sortea astutamente. El ministro por los medios de comunicación dice que en virtud de la ley del 22 de octubre, cuyas disposiciones de aplicación aparecen en el BOE del 1 de julio actual, miles de militares del Ejército de la República y también carabineros se beneficiarán de la pensión mínima que se les otorga, reconociendo así sus derechos como combatientes del Gobierno legítimo. Pero luego aplica incompatibilidades para acceder al cobro de las 29.000 pesetas que les corresponden.No importa que los gastos de armamento sean ingentes, que la recaudación de Hacienda aumente año tras año, de lo que se trata es de reírse de los más débiles.

Cada año mueren ancianos y viudas que lucharon durante toda su vida a favor de la justicia, y no sabemos si mueren de vejez o de tristeza al contemplar un Gobierno socialista que en aras del ahorro les pone trabas al cobro de su pensión.

Nos preguntamos si es que acaso hay republicanos de primera y de segunda clase. Quizá los actuales ministros tenían padres republicanos de primera y los demás tenemos padres republicanos de segunda. Quizá los guardias de asalto y policía republicana eran de primera y los militares y carabineros de segunda.

Se puede alegar que cobrarán todos aquellos que tienen una pensión mínima (¡faltaría más!), pero que el resto sólo tiene un reconocimiento simbólico, puesto que deben ser millonarios. Mientras, ministros, subsecretarios y muchos otros tienen sueldos digamos importantes, a unos cuantos ancianos se les niega todo lo que no sea la miseria.

¿Dónde está la justicia y la honestidad? Es tan raro pedir un reconocimiento equitativo? Si durante años se ha luchado para conseguir que se nos escuchase, no por este nuevo revés vamos a desistir de lo que nos parece justo y que no afecta para nada a la economía de la nación. Seguiremos, por tanto, hasta el final. Lo triste será que muchos integrantes de este colectivo no vivirán lo suficiente para verlo.-