Dos emigrantes soviéticos reconocen que espiaron en Estados Unidos

Una pareja de emigrantes soviéticos en Estados Unidos, acusados de espionaje en favor de la Unión Soviética junto a un miembro del FBI (Buró Federal de Investigación) que se declaró culpable de ese delito, llegaron el miércoles a un acuerdo con el Gobierno y se declararon culpables para obtener una reducción de la condena y evitar la cadena perpetua.Según los términos del acuerdo alcanzado con el procurador, Svetlana Ogorodnikov, de 35 años, será condenada a 18 de cárcel, en una próxima sentencia que dictará el juez de distrito David V. Kenyon. Su marido, Nikolai, de 52 años, que hizo una inus...

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Una pareja de emigrantes soviéticos en Estados Unidos, acusados de espionaje en favor de la Unión Soviética junto a un miembro del FBI (Buró Federal de Investigación) que se declaró culpable de ese delito, llegaron el miércoles a un acuerdo con el Gobierno y se declararon culpables para obtener una reducción de la condena y evitar la cadena perpetua.Según los términos del acuerdo alcanzado con el procurador, Svetlana Ogorodnikov, de 35 años, será condenada a 18 de cárcel, en una próxima sentencia que dictará el juez de distrito David V. Kenyon. Su marido, Nikolai, de 52 años, que hizo una inusual petición para ser sentenciado inmediatamente, será condenado a ocho años de prisión.

La pareja será puesta en libertad provisional bajo palabra, según el acuerdo, tras cumplir una tercera parte de sus condenas, manifestó Kenyon. La sentencia máxima en Estados Unidos por los cargos que había contra ellos, conspiración para cometer espionaje, es la cadena perpetua.

Nikolai y su esposa estaban acusados, con Richard Miller, de 48 años, un agente del FBI retirado del servicio desde entonces, de haber hecho llegar a la Unión Soviética documentos secretos. Miller es el primer agente de la seguridad federal estadounidense que es acusado de espionaje desde la creación de esta organización.

Miller declaró en el curso del proceso que había dejado creer a los dos soviéticos que estaba dispuesto a colaborar con ellos para infiltrarse en la red de espionaje y que pretendía desenmascarar ésta para convertirse en un héroe.

Por otra parte, el semanario estadounidense New Republic asegura esta semana que Arkady Chevchenko, adjunto soviético del secretario general de las Naciones Unidas que se asiló en Estados Unidos en los años setenta, nunca sirvió como espía para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) norteamericana como él aseguraba en sus memorias.

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