Reagan visita el Viejo Continente

Una película francesa de casi 10 horas rememora el exterminio judío

El exterminio de los judíos durante la II Guerra Mundial es la base de una película de nueve horas y media de duración que se estrena hoy en dos salas comerciales de París. El director es el periodista y cineasta Claude Lanzmann, que ha necesitado casi 10 años para reunir todo el material. El estreno coincide, casualmente, con la polémica despertada en Europa por la visita del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, a un cementerio alemán en el que están enterrados miembros de las SS.El trabajo de Lanzmann ha merecido los elogios del presidente François Mitterrand, que asistió a una p...

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El exterminio de los judíos durante la II Guerra Mundial es la base de una película de nueve horas y media de duración que se estrena hoy en dos salas comerciales de París. El director es el periodista y cineasta Claude Lanzmann, que ha necesitado casi 10 años para reunir todo el material. El estreno coincide, casualmente, con la polémica despertada en Europa por la visita del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, a un cementerio alemán en el que están enterrados miembros de las SS.El trabajo de Lanzmann ha merecido los elogios del presidente François Mitterrand, que asistió a una proyección privada, y de los críticos y escritores franceses, entre ellos Simone de Beauvoir, que ha roto su silencio para escribir un artículo sobre La memoria del horror.

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El filme se llama Shoah, que en hebreo significa catástrofe o destrucción total. Se trata de una película insólita, en la que no se ha incluido ni un comentario ni un solo documento de la época. Claude Lanzmann rodó 350 horas de material, visitando los lugares en los que se produjo el genocidio y entrevistando a supervivientes y verdugos. Finalmente redujo su trabajo a poco menos de 10 horas, que se exhiben divididas en dos partes, El dolor y La piedad, respectivamente. Shoah ha sido comprada también por una cadena de televisión francesa, que la emitirá cuando finalice su explotación en salas comerciales.

Según Lanzmann, Shoah pretende reconstruir minuciosamente lo que pasó. El director obliga a sus interlocutores a recordar los menores detalles, sin permitirles escapatorias, desfallecimientos o explicaciones psicológicas. Lanzmann insiste en sus entrevistas en precisiones que parecen técnicas y que resultan insoportables. Las cámaras recorren centímetro a centímetro la rampa de la estación de Treblinka por la que bajaron decenas de miles de personas camino de las cámaras de gas.

"Yo creía saber todo sobre el exterminio, y de repente me di cuenta de que era completamente ignorante", asegura Lanzmann. Las dos salas en las que se proyecta Shoah estarán sometidas a continua protección policial.

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