Científicos japoneses sintetizan un producto para sustituir a la sal común en la dieta

Científicos japoneses han puesto a punto un sustituto de la sal, el Ornithyltaurine, que tiene el mismo sabor, pero no contiene sodio. Makato Taka, Ichizo Shinaida y Hideo Okai, de la universidad de Hiroshima, sintetizaron recientemente éste y otros tres compuestos, que tienen el mismo sabor de la sal.

Su descubrimiento supone una buena noticia para las personas que están sometidas a un régimen bajo en sal o completamente carente de ella debido a que padezcan tensión alta u otras enfermedades, ya que ninguno de los nuevos compuestos químicos contiene sodio. Además, afirman los quími...

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Científicos japoneses han puesto a punto un sustituto de la sal, el Ornithyltaurine, que tiene el mismo sabor, pero no contiene sodio. Makato Taka, Ichizo Shinaida y Hideo Okai, de la universidad de Hiroshima, sintetizaron recientemente éste y otros tres compuestos, que tienen el mismo sabor de la sal.

Su descubrimiento supone una buena noticia para las personas que están sometidas a un régimen bajo en sal o completamente carente de ella debido a que padezcan tensión alta u otras enfermedades, ya que ninguno de los nuevos compuestos químicos contiene sodio. Además, afirman los químicos japoneses, su descubrimiento no deja el amargo sabor de boca del actual sustituto de la sal, el cloruro de potasio.

En realidad, los químicos japoneses estaban tratando de encontrar la causa del sabor amargo de algunos alimentos. Prepararon y probaron personalmente docenas de compuestos de dos aminoácidos o péptidos, fabricados con proteína de sabor amargo procedente de leche estropeada. "Para nuestro asombro", señala Taka, encontramos que varios de los péptidos no eran amargos, sino salados".

Otros péptidos tenían sabor a lo que los japoneses llaman umani, que se identifica con el glutamato monosódico, el ingrediente principal de los potenciadores del sabor favoritos entre los orientales.

Sin embargo, antes de que los nuevos péptidos puedan llegar a las mesas de los comensales es necesario efectuar numerosas pruebas para determinar su seguridad para el consumo humano y la forma como el cuerpo humano los metaboliza.

Además, a no ser que los científicos encuentren aún otros sustitutos para la sal, este condimento artificial será mucho más caro que la sal común utilizada normalmente.

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