Los habitantes del pueblo natal de Salieri, indignados por el filme 'Amadeus'

"Nosotros no asesinamos a Mozart. Salieri es inocente", dicen en Legnago, pueblo grande de 25.000 habitantes, perdido en el norte de Italia y situado bajo los focos por la película Amadeus, de Milos Forman, donde se indignan por la tesis de la película y contraatacan. En el filme, el músico Salieri mata a Mozart por envidia."Salieri era un verdadero legnagués, un hombre honrado, padre de familia numerosa. A lo mejor no era genial, pero ¿es eso un crimen?", se pregunta el alcalde, Gianfranco Buoso, socialista.

En el supuesto de que haya crimen, sería el olvido en el que Legnago ha...

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"Nosotros no asesinamos a Mozart. Salieri es inocente", dicen en Legnago, pueblo grande de 25.000 habitantes, perdido en el norte de Italia y situado bajo los focos por la película Amadeus, de Milos Forman, donde se indignan por la tesis de la película y contraatacan. En el filme, el músico Salieri mata a Mozart por envidia."Salieri era un verdadero legnagués, un hombre honrado, padre de familia numerosa. A lo mejor no era genial, pero ¿es eso un crimen?", se pregunta el alcalde, Gianfranco Buoso, socialista.

En el supuesto de que haya crimen, sería el olvido en el que Legnago ha dejado caer al hijo más célebre del país, pues ha hecho falta el triunfo de Amadeus, película proyectada en el teatro Salieri de Legnago en febrero, para que el compositor sea recordado.

Niño prodigio él también, aunque un poco menos precoz que Mozart, Antonio Salieri (1750-1824) se marchó de su pueblo a los 10 años para emprender una carrera musical fulgurante: a los 16 años estaba en la corte de Viena. En 1788, su obra Axour, rey de Ormus era preferida al Don Juan de Mozart. Según su contemporáneo Giuseppe Carpani, la amabilidad y buena conducta de Salieri le quitan toda sospecha y demuestran que "nunca tuvo intenciones criminales". El alcalde apunta: "Era como los legnagueses de hoy".

Salieri dejó tras de sí una obra más que considerable: una cuarentena de óperas, cinco misas, tres tedéum, once oratorios, sinfonías, conciertos... Pero, sobre todo, unos alumnos indiscutibles: Beethoven, Schubert. El silencio, del que Salieri se queja en la película, fue, sin embargo, absoluto en su pueblo durante más de 150 años. Ahora llevan su nombre una calle, un teatro, un hotel, una puerta de piedra -único vestigio de su casa natal-, algunos retratos empolvados en el museo local y una escuela de música.

La crítica no ha tomado nunca en serio la tesis de un asesinato. En el plano musical, el concejal de Cultura afirma: "Salieri tiene su lugar entre Bach y Beethoven". "La película es bella, pero no es Salieri el que asesinó a Mozart, sino Forman el que asesinó a Salieri". De ahí que Legnago organice un Festival Salieri para el 160º aniversario de su muerte.

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