Decenas de miles de personas piden en Madrid que EE UU no invada Nicaragua

Unas 100.000 personas, según los organizadores, y 30.000, según el Gobierno Civil, se manifestaron ayer en Madrid para protestar contra la política del presidente norteamericano, Ronald Reagan, hacia Nicaragua, para impedir una eventual intervención militar de EE UU en ese país y en solidaridad con la revolución y con el régimen sandinista. El PSOE no se sumó a la convocatoria de la mucha, que transcurrió sin incidentes.

La manifestación, que discurrrió entre Estrecho y la glorieta de Cuatro Caminos, comenzó más de media hora después de la hora prevista, las 19.30. El motivo de esta dem...

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Unas 100.000 personas, según los organizadores, y 30.000, según el Gobierno Civil, se manifestaron ayer en Madrid para protestar contra la política del presidente norteamericano, Ronald Reagan, hacia Nicaragua, para impedir una eventual intervención militar de EE UU en ese país y en solidaridad con la revolución y con el régimen sandinista. El PSOE no se sumó a la convocatoria de la mucha, que transcurrió sin incidentes.

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La manifestación, que discurrrió entre Estrecho y la glorieta de Cuatro Caminos, comenzó más de media hora después de la hora prevista, las 19.30. El motivo de esta demora fue la confusión sembrada por un informativo regional de Televisión Española y algunas emisoras de radio, que a mediodía de ayer anunciaron que aquella había sido desconvocada. El PCE decidió presentar una querella contra RTVE por esta razón.Los organizadores deshicieron la confusión y la manifestación comenzó poco antes de las ocho de la tarde. La marcha adquirió un carácter festivo, pese a los atentados terroristas acaecidos en Bilbao el martes y ayer en Madrid, con el asesinato del dirigente de Herri Batasuna, Santiago Brouard, y el atentado contra el general Luis Rosón.

Cierta tensión existente antes de la marcha se disipó inmediatamente. Las medidas policiales, pese a la inusual presencia de ocho policías a caballo en la glorieta de Cuatro Caminos, eran discretas. El rojo era el color dominante en las pancartas desplegadas por los manifestantes que en su mayoría eran jóvenes de entre 25 y 35 años, muchas mujeres, algunas con boinas negras caladas al modo en que se la pone Ernesto Cardenal y otros dirigentes sandinistas.

Podían verse también algunos jóvenes nicaragüenses y de otros países centro americanos con brazales del Frente Sandinista de Liberación Nacional que, con grandes bolsas, recaudaban fondos para el régimen de Managua. Sobre el cortejo, destacaban varias ikurriñas.

Abrían la marcha dos grandes pancartas blancas con lemas contra la intervención militar norteamericana y otra muy grande, de unos 40 metros, en la que la UGT preconizaba la paz para Nicaragua.

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Tanto el Centro Democrático y Social como la Federación Socialista Madrileña se habían desvinculado de la convocatoria a última hora de la mañana.

El escritor Antonio Gala, el único orador que intervino ante los reunidos, denunció con palabras encendidas, pero con comedimiento, la "agresión incalificable" contra Nicaragua para truncar su curso político y social. Identificó al terrorismo ("del que hemos sufrido ayer y hoy las últimas expresiones sangrientas, de derecha o de izquierda") como el principal enemigo de la democracia.

En Barcelona

En Barcelona, a la manifestación, convocada por los partidos políticos de izquierda, centrales sindicales y entidades ciudadanas y pacifistas en solidaridad con Nicaragua, participaron unas 10.000 personas.

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