Reportaje:

Encontrar agua dulce en el Mediterráneo

Un barco oceanográfico busca soluciones para la sequía del litoral murciano y andaluz

El García del Cid, uno de los barcos oceanográficos más modernos del mundo, que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), recorrerá hasta finales de mes la costa mediterránea, entre Águilas (Murcia) y Algeciras (Málaga), en busca de corrientes marinas de agua dulce. La expedición, que ha tardado más de un año en prepararse, se ha desarrollado ya en una fase preliminar con el apoyo de los satélites Lasdat y Noaa, junto a uno de los aviones del Servicio Cartográfico del Ejército del Aire. La Confederación Hidrográfica del Sur y el Departamento de Oceanogr...

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El García del Cid, uno de los barcos oceanográficos más modernos del mundo, que pertenece al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), recorrerá hasta finales de mes la costa mediterránea, entre Águilas (Murcia) y Algeciras (Málaga), en busca de corrientes marinas de agua dulce. La expedición, que ha tardado más de un año en prepararse, se ha desarrollado ya en una fase preliminar con el apoyo de los satélites Lasdat y Noaa, junto a uno de los aviones del Servicio Cartográfico del Ejército del Aire. La Confederación Hidrográfica del Sur y el Departamento de Oceanografía del CSIC han orientado esta investigación hacia una de las zonas más castigadas por la sequía y con unas características del terreno que favorecen las pérdidas de agua.Entre el 40% y el 50% del agua continental lo perdemos en el mar. El problema radica en determinar exactamente dónde se encuentran las corrientes de agua dulce, de dónde vienen y las fluctuaciones o régimen estacional a que están sometidas. Precisamente por esto, entre enero y febrero se realizará una última toma de datos que permita conocer en qué épocas del año tienen mayor volumen. De confirmarse las predicciones de que esta zona es muy rica en corrientes subterráneas, podrían solucionarse los graves problemas de abastecimiento de agua que padece, mediante perforaciones terrestres en el punto adecuado o plataformas marinas perfectamente rentables.

"Con el García del Cid vamos a conocer la verdad sobre el terreno nos dice Antonio Ballester, jefe M departamento de Océanografía del CSIC, "porque llevamos ya meses trabajando con los datos que nos han suministrado los satélites. Es un ejemplo concreto de cómo la investigación de base es aplicable a las necesidades más inmediatas de la sociedad".

Ciencia en el espacio

"Hace cinco o seis años", continúa, "la gente se burlaba de la aplicación de los sensores remotos, de la química desde el espacio. Es como la obra de los impresionistass: de cerca no se ven más que unas manchas de color; te alejas y van tomando forma, hasta que se ve todo el cuadro".

Hasta 900 kilómetros de la Tierra, donde está el satélite Lasdat, ha sido preciso alejarse para conocer la estructura del terreno colindante con el mar. Más cercano a nosotros, el satélite Noaa ha recogido la información necesaria sobre la estructura térmica del mar. En el mes de agosto es cuando la diferencia de temperatura de las aguas continentales, alrededor de los 15º, se distancia mas de la del mar, que suele alcanzar los 24º o 25º. Con el mapa térmico facilitado por el satélite Noaa, un avión del Servicio Cartogrático del Ejército español ha tomado fotografías del área, a 3.500 y 700 metros de altura, durante todo el mes de julio.

El Garcia del Cid, que zarpará de Águilas y tocará puerto en Adra, Motril, Málaga y Algeciras, realizará una toma de muestras, por medio de rayos infrarrojos, para verificar las anomalías térmicas y diferencias de salinidad. Esta técnica ha dado ya buenos resultados en Alemania Occidental, y hay varios países azotados por la sequía que están siguiendo de cerca su desarrollo en España.

Nuestra situación es muy favorable por la gran contidad de información de los satélites que se recibe en el centro de Maspalomas. Precisamente así se detectaron los nuevos manantiales del agua Fonbella, que tenía sus fuentes prácticamente agotadas.

España está situada entre los 10 primeros países del mundo en investigación marina, a pesar de la escasez de investigadores que trabajan en esta área, que se reparte entre el Instituto Oceanográfico de la Marina y el departamento de Oceanografía del CSIC. El García del Cid está equipado con material científico valorado en más de 100 millones de pesetas y es uno de los mejores barcos del mundo en su estilo. Tiene 37,5 metros de eslora y desplaza 450 toneladas. Lleva tan sólo cinco años en funcionamiento, con un coste aproximado de 150.000 pesetas diarias. De su mantenimiento se encargan 13 personas, que componen la tripulación.

La falta de plazas que permitieran el acceso a los jóvenes investigadores que están interesados por este campo es el verdadero problema al que se enfrenta la investigación oceanográfica en España. Habría que incorporar una docena de personas al año. "Por equipamiento y situación geográfica", nos dice Ballester, "estamos preparados para dar el gran salto, pero hay que tomar la decisión de hacer realmente investigación o no hacerla. Hay que tener claro que somos casi una isla y tenemos dos archipiélagos importantes. Para conservar, explotar y ordenar este sistema tenemos que conocerlo profundamente".

Para el programa que se está desarrollando este mes se ha contratado los servicios de un hidrogeólogo, especializado en el trabajo con satélites, que completa el equipo formado por siete investigadores. Antonio Ballester partirá en noviembre hacia la Antártida, encabezando el grupo de españoles que ha conseguido colocarse en un ambicioso plan de investigación desarrollado por países de todo el mundo.

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