Crítica:

Entre amiguetes

Son cinco, de 21 años de edad media, se llaman Friends Again y su tercer sencillo, State of art, se ha escuchado con regularidad en los últimos meses. Poco público asistió a su primer concierto en Madrid. ¿Cómo unos escoceses ofrecen un ritmo tan bailable y unas melodías tan cálidas?Se editan discos, videoclips, aparecen y desaparecen grupos, solistas, inventos de imagen y mercadotecnia, continúan las actuaciones. Esto parece que no se va a terminar. Y cada día salen más formaciones que combinan en su música estilos variados y muy diferentes. Friends Again, Chris Thomson, el comp...

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Son cinco, de 21 años de edad media, se llaman Friends Again y su tercer sencillo, State of art, se ha escuchado con regularidad en los últimos meses. Poco público asistió a su primer concierto en Madrid. ¿Cómo unos escoceses ofrecen un ritmo tan bailable y unas melodías tan cálidas?Se editan discos, videoclips, aparecen y desaparecen grupos, solistas, inventos de imagen y mercadotecnia, continúan las actuaciones. Esto parece que no se va a terminar. Y cada día salen más formaciones que combinan en su música estilos variados y muy diferentes. Friends Again, Chris Thomson, el compositor y primer vocalista, gusta de jazz, de salsa, de tex-mex, de rock and roll y, como sus compañeros, se corta el pelo con elegancia. Su voz en directo decepciona, comparada con las grabaciones, aunque le añada garra. El guitarrista de armonías y punteos, también de 20 años, James Grant, admirador de Keith Richards y Ry Cooder, sobresalió por su precoz virtuosismo en cualquier tipo de posturas jazzeras o rockanroleras. Y es que el fenómeno, quizá generacional, de la síntesis de estilos con una instrumentación trabajada, que no perfecta, al modo de los músicos norteamericanos, no es aislado en el Reino Unido. Nick Heyward, ex Haircut One Hundred, y Paul Weller, ex Jam, ahora en The Style Council, intentan sonidos y formas parecidas con sus diferencias.

Concierto de Friends Again

Sala RockolaMadrid, 13 dejulio de 1984

Sonaron Sunkissed, una maravillosa pieza de baile y buen gusto; State of art, en una versión más dura, más rápida y más corta; Wand you wave, el nuevo sencillo, entre teclados inspirados y altos coros del baterista; Here comes the night, de Van Morrison, mientras el guitarrista insistía en que los asistentes bailaran. Y al final lo hicieron en el bis, tras la repetición de Sunkissed, con otro rock and roll a pelo, Jump by tree. Por 400 pesetas merecía la pena.

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