La URSS acepta un control internacional de la destrucción de sus armas químicas

La Unión Soviética ha aceptado por primera vez, y en el marco de la Conferencia de Desarme de las Naciones Unidas que se celebra en Ginebra, la presencia de inspectores internacionales que con el proceso de destrucción de armas químicas, una vez se establezca una convención internacional sobre esta materia, informa Martín Polanco.

El embajador soviético, Viktor Israelian, anunció ayer que su país está dispuesto a aceptar una presencia permanente de representantes de un organismo internacional de control sobre las instalaciones destinadas a destruir los componentes químicos ultratóxicos ...

La Unión Soviética ha aceptado por primera vez, y en el marco de la Conferencia de Desarme de las Naciones Unidas que se celebra en Ginebra, la presencia de inspectores internacionales que con el proceso de destrucción de armas químicas, una vez se establezca una convención internacional sobre esta materia, informa Martín Polanco.

El embajador soviético, Viktor Israelian, anunció ayer que su país está dispuesto a aceptar una presencia permanente de representantes de un organismo internacional de control sobre las instalaciones destinadas a destruir los componentes químicos ultratóxicos que eventualmente se pueden prohibir".La URSS rechaza, sin embargo, "por inaceptable y falta de realismo", en palabras de Israelian- la exigencia occidental de que en la futura convención se incluya una claúsula que obligue. a comunicar dónde se almacenan los gases. Para el embajador soviético esto sería una "amenaza a la seguridad". El mariscal Viktor Kulikov, comandante en jefe de las fuerzas del Pacto de Varsovia advirtió ayer a Estados Unidos y a la OTAN -por medio de un artículo en Estrella Roja, órgano del Ejército soviético- que deben abandonar sus planes de guerra porque "sean cuales sean los medios que se utilicen al iniciar la guerra, inevitablemente terminará en la catástrofe nuclear", señala Efe desde Moscú.

La agencia Tass, por su parte, volvió a reiterar ayer la negativa soviética a sentarse en la mesa negociadora de Ginebra.