Años duros y perseverantes

Los años de la guerra, señala hoy don Gerardo, como popularmente se le conoce aún en la Alpujarrarra, "fueron duros y perseverante". "La guerra española me afectó tanto que decidí investigar las causas y el proceso que habían conducido a su desenlace. De ese trabajo salió The Spanish labyrinth (El laberinto español), que pronto se convirtió en un libro de tanto éxito que terminaría por estudiarse en las universidades inglesas, pero que en España estuvo prohibido por el régimen franquista".Tras su regreso definitivo a Churriana en 1953, Brenan conocería seis años más tarde a otro ...

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Los años de la guerra, señala hoy don Gerardo, como popularmente se le conoce aún en la Alpujarrarra, "fueron duros y perseverante". "La guerra española me afectó tanto que decidí investigar las causas y el proceso que habían conducido a su desenlace. De ese trabajo salió The Spanish labyrinth (El laberinto español), que pronto se convirtió en un libro de tanto éxito que terminaría por estudiarse en las universidades inglesas, pero que en España estuvo prohibido por el régimen franquista".Tras su regreso definitivo a Churriana en 1953, Brenan conocería seis años más tarde a otro famoso escritor, el norteamericano Ernest Hemingway, quien también se mostraba bastante enamorado de España, aunque por diferentes razones, y con el cual el británico no llegó a congeniar: "Hemingway parecía interesarse exclusivamente por los toros, que a mí no me gustan, y aunque su actitud hacia mí fue siempre amistosa, yo descubrí que era incapaz de comunicarme con él. No había nada destacable en su conversación, ni resultaba fácil hacerle hablar de literatura. Sobre la guerra española me confesó que nunca había profesado demasiado fervor por las izquierdas, pero que vino a España con las Brigadas Internacionales por la sencilla razón de que le gustaban las guerras. A pesar de todo, yo siempre guardé un gran respeto por su obra y no poca admiración por su fuerte personalidad".

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Hace 15 años, a la muerte de su esposa, don Gerardo vendió su antiguo caserón de Churriana y se trasladó a la Cañada de las Palomas, en Alhaurín el Grande, donde actualmente vive en compañía de su sobrina Lynda Nicholson, que le ayudó a escribir su Biografía de san Juan de la Cruz y quien ahora le resulta imprescindible para soportar la a veces obsesiva idea de la muerte. "La verdad", termina Brenan, al tiempo que exhala distraídamente el humo de su pitillo (un celtas con filtro), "yo he escrito ya todo lo que tenía que escribir y ahora sólo me queda esperar tranquilamente la muerte".

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