El Parlamento belga inicia el debate sobre el despliegue de 48 misiles de crucero

La Cámara baja belga comenzó ayer los debates sobre el despliegue de los 48 misiles de crucero que le corresponde a Bélgica según la doble decisión de la OTAN de diciembre de 1979. Poco riesgo corre, en principio, el Gobierno democristiano-liberal de Wilfried Martens. Parece que al final predominará la solidaridad con sus líderes en el seno del partido cristiano-demócrata flamenco (CVP), algunos de cuyos diputados asistieron a la manifestación contra los misiles del 23 de octubre. Pero está claro que el tema de los euromisiles ha provocado importantes fisuras en los grandes partidos belgas....

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La Cámara baja belga comenzó ayer los debates sobre el despliegue de los 48 misiles de crucero que le corresponde a Bélgica según la doble decisión de la OTAN de diciembre de 1979. Poco riesgo corre, en principio, el Gobierno democristiano-liberal de Wilfried Martens. Parece que al final predominará la solidaridad con sus líderes en el seno del partido cristiano-demócrata flamenco (CVP), algunos de cuyos diputados asistieron a la manifestación contra los misiles del 23 de octubre. Pero está claro que el tema de los euromisiles ha provocado importantes fisuras en los grandes partidos belgas.

Se plantean tres tipos de cuestiones y mociones en este debate, que habrá de concluir hoyo mañana con una serie de votaciones. En primer lugar, está. el problema jurídico: en su interpretación de la Constitución, el Gobierno considera que en él recae la decisión de dar luz verde al despliegue, seguramente en diciembre o enero, a la vista del resultado de las negociaciones de Ginebra. El Gobierno piensa que sólo tiene obligación de informar al Parlamento, algo,que disputan los socialistas flamencos y los nacionalistas de la Volksunie.En segundo lugar, están las interpretaciones sobre si el Gobierno ha de decidir ahora instalar o, no. los misiles, que, en cualquier caso, según los planes de la OTAN, no llegarían a Bélgica hasta 1985. El tercer punto es una propuesta de ley para prohibir la instalación de toda arma nuclear en territorio belga. En realidad" lo que reviste un interés mayor es la propuesta de los socialistas valones (PS) de una moratoria de seis meses, a toda la operación del despliegue que han de comenzar en las próximas semanas la República Federal de Alemania, el Reino Unido e Italia; pero estos socialistas francófonos se opo nen a un desarme unilateral de la OTAN.

En este sentido, la vedette de estas jornadas es el ex ministro de Asuntos Exteriores Henri Simonet, quien desde ese cargo firmó en nombre de Bélgica la doble decisión de la OTAN en 1979. El lunes -nueva fisura interna-, Simonet fue expulsado del buró político del PS y ayerse sentó como socialista independiente en el hemiciclo belga para defender las tesis de la OTAN.

Curiosamente, las mociones contrarias al Gobierno y la mayor parte de los que intervinieron en las primeras horas de debates eran flamencos, reflejando así la mayor preocupación de esta comunidad hacia la cuestión de los cohetes. Fueron también diputados democristianos flamencos los que, en contra de su Gobierno, se sumaron a la maniféstación del 23 de octubre. Hecho este gesto pueden ahora escudarse tras la razón de la solidaridad con el Gobierno. El único peligro está en que voten a favor de la moratoria, lo que podría al equipo de Martens en aprietos.

Hay un ambiente de grandes ocasiones en esta reunión del Parlamento, con las tribunas de invitados abarrotadas. El edificio estaba rodeado por una policía equipada para el combate. Afuera, en las calles cercanas, unos cuatro centenares de jóvenes se manifestaban en contra de los misiles, siendo desalojados por la fuerza. Pero los efectos del debate son inciertos.

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