Sergio Ramírez: "Estados Unidos quiere de rodillas"

Sergio Ramírez Mercado, de 41 años, padre de tres hijos, es uno de los tres más altos dirigentes de la Junta de Gobierno de Reconstrucción de Nicaragua, con rango de jefe de Gobierno. Abogado de profesión y escritor, fue secretario general del Sistema Universitario Integrado Centroamericano. A su vuelta de Yugoslavia y Argelia, donde reforzó "la vinculación de Nicaragua con el movimiento de los no alineados", pasó por Madrid, donde ayer conversó con un redactor de este diario.De estar presente ayer en Managua, "le hubiera dicho a Kissinger, como a cualquier otro norteamericano, que Wash...

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Sergio Ramírez Mercado, de 41 años, padre de tres hijos, es uno de los tres más altos dirigentes de la Junta de Gobierno de Reconstrucción de Nicaragua, con rango de jefe de Gobierno. Abogado de profesión y escritor, fue secretario general del Sistema Universitario Integrado Centroamericano. A su vuelta de Yugoslavia y Argelia, donde reforzó "la vinculación de Nicaragua con el movimiento de los no alineados", pasó por Madrid, donde ayer conversó con un redactor de este diario.De estar presente ayer en Managua, "le hubiera dicho a Kissinger, como a cualquier otro norteamericano, que Washington ha elegido una política errada hacia nuestro país. Estados Unidos quiere hacernos negociar de rodillas. En el ataque del lunes contra Puerto Corinto, cuya autoría hay que atribuir, indudablemente, a la CIA", asegura, "han estado a punto de quemar vivas a 30.000 personas. Gracias a que los tanques atacados eran muy viejos y que al estallar cayeron hacia adentro".

Para el líder nicaragüense, esta visita de Kissinger "me recuerda a las navidades de 1972, cuando las conversaciones norteamericano vietnamitas de París se hallaban estancadas y Estados Unidos dispuso bombardeos contra Hanoi. Kissinger llega a Managua con las manos vacías; no nos ha doblegado. No tiene voluntad de resolver problemas en la mesa de negociaciones. Sin embargo, nosotros sí tenemos esa voluntad. A Nicaragua han viajado Stone, Motley, secretario de Estado Adjunto para Asuntos Interamericanos. Hoy mismo (por ayer) está Kissinger en Managua. Nosotros vamos a seguir hablando. Creemos que el espacio de la negociaciones Contadora", dice Ramírez.

"Nunca vamos a dejarle a Ronald Reagan ninguna clase de iniciativa en los político ni en lo militar. No vamos a permitir a Estados Unidos que nos imponga las reglas del juego militar, diplomático o político. No vamos a darle espacio político para que digan que Henry Kissinger, que Langhorne Motley u otros no pudieron hablar con nosotros y que merecemos la suerte que ellos nos están imponiendo. Por esto es por lo que dialogamos con ellos".

Sergio Ramírez reconoce que, ahora, las autoridades de Nicaragua hablan menos de institucionalización, de proceso electoral en Nicaragua, "porque estamos dedicados a la defensa", puntualiza. "Puede llegar un momento en que la CIA nos obligue a no hablar de elecciones", previstas inicialmente para 1985.

Sobre las dudas relativas a la estabilidad del régimen nicaragüense, Sergio Ramírez sonríe abiertamente. "Mire, hemos repartido recientemente 30.000 fusiles entre la población de las cooperativas, de las aldeas fronterizas. Si nuestra población no quisiera el sandinismo sólo bastaba volver esos fusiles contra nosotros. Nuestro pueblo tiene voluntad de defender su revolución y es esa voluntad la que define el poder revolucionario del pueblo".

Del ex dirigente sandinsita Edén Pastora, asegura que "se ve abocado a desplazarse hacia el grupo somocista FDN, pero él quiere dirigirlo y la CIA le exige integrarse como uno más en la dirección de esa organización.

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Insiste en que el daño que se ha querido causar a las relaciones entre España y Nicaragua, a propósito del tema del etarra detenido en Costa Rica, "pudo ser muy grave".

"Estados Unidos trabaja para golpearnos de tal modo que tengamos que apoyamos únicamente en el bloque oriental, para llevarnos a un alineamiento forzado, que nosotros, obviamente, no queremos. Washington quiere convencer a sus aliados europeos de la OTAN de que si no le apoyan en su agresión contra Nicaragua, los países europeos dañan y ponen en peligro toda la Alianza Atlántica.

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