Cartas al director

El pago de tasas académicas

Utilizando la técnica del globo sonda denunciada en la carta La herencia maldita (EL PAIS 6-9-1983) se está concienciando a la opinión pública acerca del privilegio que poseemos los funcionarios docentes y que hay que suprimir: la matrícula gratuita en los centros docentes oficiales. El último aporte a tal campaña, se lo oí hace unos días por televisión a un conocido personaje político-docente en los que tan pródiga se está mostrando nuestra democracia.Pues bien, yo animo al Gobierno seudosocialista a que acabe con tal privilegio. ¿Cómo? Extendiéndolo al resto de los españoles, c...

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Utilizando la técnica del globo sonda denunciada en la carta La herencia maldita (EL PAIS 6-9-1983) se está concienciando a la opinión pública acerca del privilegio que poseemos los funcionarios docentes y que hay que suprimir: la matrícula gratuita en los centros docentes oficiales. El último aporte a tal campaña, se lo oí hace unos días por televisión a un conocido personaje político-docente en los que tan pródiga se está mostrando nuestra democracia.Pues bien, yo animo al Gobierno seudosocialista a que acabe con tal privilegio. ¿Cómo? Extendiéndolo al resto de los españoles, con lo cual dejará de ser un privilegio y se convertirá en un simple derecho reconocido en nuestra Constitución.

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Ahora bien, hay un privilegio al que no he de dejar de referirme por estar íntimamente. relacionado con el que nos ocupa. Como casi todos los españoles -saben, al matricular por vez primera a un alumno en un centro de enseñanza, primaria o media, es obligatoria la presentación de un certificado médico.

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El impreso para tal certificado vale 1.000 pesetas, de las que 500 son para el colegio de médicos, y las otras 500 para médico que ha de expedirlo. No voy a entrar .en. el detalle de si luego el médico hace o no el reconocimiento y si cobra otra cantidad adicioñal, porque eso entra en el problema de la conciencia profesional de cada cual. Pero sí pregunto: ¿acá-so no hay unos servicios sanitarios públicos que tienen la obligación de reconocer todos los años a todos los alumnos de los centros docentes? Incluso me consta que esta obligación, al menos en muchos casos, se cumple. ¿Para qué entonces ese certificado médico? Respuesta: soliciten al Ministerio de Educación el número de alumnos que este curso ingresan por primera vez en EGB, bachillerato y formación profesional; multipliquen dicho número por 500 pesetas y se asustarán de la cantidad de millones que todos los años ingresa en sus arcas el muy ilustre Colegio de Médicos (organismo privado) y sus muy ilustres colegiados (profesionales privados).

Realmente hay que reconocer que esto no es un privilegio, sino un chollo inmoral (aunque, eso sí, legal) que tienen montado este organismo y estos señores bajo los auspicios del Ministerio de Educación y Ciencia./

Catedrático de bachillerato.

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