Ganado sin presencia en AIbacete

La voz surgió anónima y rabiosa de los tendidos: "Que salga el toro". Y con toda la razón, pues los astados no tenían presencia, ni fuerza, ni casta. De modo que al valorar los méritos de los diestros habría que aplicar el refrán de que "de dinero y santidad, en este caso torería, la mitad de la mitad".Paquirri (vuelta y dos orejas) frente a su primera "sardina" anovillada, toreó de salón sin transmitir hasta el final, cuando recurrió a los rodillazos pueblerinos. En el otro puso ganas, banderilleó relativamente bien a toro no muy pasado pero clavando en lo alto y reuniendo los seis palos en u...

La voz surgió anónima y rabiosa de los tendidos: "Que salga el toro". Y con toda la razón, pues los astados no tenían presencia, ni fuerza, ni casta. De modo que al valorar los méritos de los diestros habría que aplicar el refrán de que "de dinero y santidad, en este caso torería, la mitad de la mitad".Paquirri (vuelta y dos orejas) frente a su primera "sardina" anovillada, toreó de salón sin transmitir hasta el final, cuando recurrió a los rodillazos pueblerinos. En el otro puso ganas, banderilleó relativamente bien a toro no muy pasado pero clavando en lo alto y reuniendo los seis palos en un palmo, e hizo una faena aseada, fácil y gustándose, dibujando bien los muletazos. Pegó un estoconazo perfecto y de efectos inmediatos.

Dámaso González (oreja y ovación), realizó su tauromaquia de ligazón, arrojo, temple y valor. Incluso toreó bien con el percal Pudo, tampoco era tan difícil, con sus dos enemigos.

Luis Francisco Esplá, con esos portes y aires de torero antiguo anduvo apagado en el tercero (tuvo silencio) y realizó una gran labor con banderillas y franela en el sexto, llena de arte, pinturería y creatividad. Mató recibiendo, al segundo intento, y cortó oreja.