Año negativo para la agricultura gallega
El pasado año ha sido negativo para la agricultura gallega, cuya producción física total, contabilizada en toneladas, experimentó un descenso del 7,5% con relación a 1981, según datos contenidos en el estudio económico anual de la Caja Rural de Orense.El informe, elaborado bajo la dirección del economista Gonzalo Fernández, señala que la producción agraria por hectárea en Galicia, supera ampliamente la media nacional: 61.900 pesetas en el campo gallego frente a un rendimiento medio de 39.300 pesetas hectárea en el conjunto del Estado.
La ganadería es el principal subsector agrario, con ...
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El pasado año ha sido negativo para la agricultura gallega, cuya producción física total, contabilizada en toneladas, experimentó un descenso del 7,5% con relación a 1981, según datos contenidos en el estudio económico anual de la Caja Rural de Orense.El informe, elaborado bajo la dirección del economista Gonzalo Fernández, señala que la producción agraria por hectárea en Galicia, supera ampliamente la media nacional: 61.900 pesetas en el campo gallego frente a un rendimiento medio de 39.300 pesetas hectárea en el conjunto del Estado.
La ganadería es el principal subsector agrario, con una aportación superior al 62 % de la producción final de la región gallega.
Entre los datos estructurales más destacados de este estudio anual de la Caja Rural de Orense, figura el referido al índice de ocupacíón en el campo. El sector agrario gallego absorbe a un 41,5%. de la población activa regional, en tanto que a nivel nacional dicho porcentaje es sólo del 15,9. En cuanto al paro sólo representa el 2,5% de la población activa agraria.
De cualquier modo, el informe de la Caja Rural de Orense denuncia un elevado volumen de paro no declarado o reconocido y que el gran número de personas que se dedican a la agricultura no sólo hace inviable su desarrollo a medio y largo plazosino que, además, distorsiona las cifras oficiales de paro en Galicia, elaboradas por Trabajo o por el Instituto Nacional de Estadística, cifras que están muy por debajo de la media nacional porque no reflejan el subempleo o paro encubierto del campo.