La corrupción puede dar pie a procesos revolucionarios, según el Banco Mundial

La corrupción llevada a cabo por la relación entre particulares o firmas privadas con funcionarios puede, "en los casos extremos", desencadenar o servir de pretexto a procesos revolucionarios, según el Banco Mundial. En su informe anual sobre el desarrollo publicado el lunes, el Banco Mundial estima que "no hay sociedad alguna donde la corrución sea desconocida, es decir, donde los fondos públicos no sean Iícitamente desviados en provecho de particulares", informa Efe.La corrupción tiene como consecuencia "socavar la eficacia del Gobierno", haciendo perder a la larga la confianza de la poblaci...

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La corrupción llevada a cabo por la relación entre particulares o firmas privadas con funcionarios puede, "en los casos extremos", desencadenar o servir de pretexto a procesos revolucionarios, según el Banco Mundial. En su informe anual sobre el desarrollo publicado el lunes, el Banco Mundial estima que "no hay sociedad alguna donde la corrución sea desconocida, es decir, donde los fondos públicos no sean Iícitamente desviados en provecho de particulares", informa Efe.La corrupción tiene como consecuencia "socavar la eficacia del Gobierno", haciendo perder a la larga la confianza de la población en las instituciones públicas. En los casos de países en desarrollo, "determinados factores favorecen la corrupción", como son una evolución económica y social rápida, un espíritu de familia muy fuertemente arraigado, la existencia de instituciones nuevas y las divergencias de puntos de vista sobre la ética profesional de los funcionarios.

Muchas veces, el lograr el soborno se convierte, según el informe, en la preocupación dominante de los funcionarios, y en los países grandes exportadores de estupefacientes sucede que "las administraciones de regiones enteras están corrompidas". No obstante, el Banco Mundial se guarda de citar el nombre de los países implicados.

El Banco Mundial estima que para eliminar este fenómeno de la vida pública son precisas no sólo intervenciones específicas del Gobierno, sino también crear progresivamente, "en el plano político y en la población, un clima favorable a la imparcialidad de las instituciones", acompañado de la supresión de las ocasiones para que los funcionarios se dejen corromper.

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