Pablo Serrano inauguró su monumento a Nebrija

Pablo Serrano participó ayer en Salamanca en la inauguración de su última gran obra, un monumento a Nebrija encargado y sufragado por el ayuntamiento, la diputación y las dos universidades salmantinas. Pablo Serrano se mostraba complacido y satisfecho del resultado de la obra y de que la ciudad cuente con una escultura suya en el centro de una plaza con gran conflictividad de tráfico.La idea de que el célebre escultor aragonés realizara un monumento a Elio Antonio de Nebrija surgió hace dos años, cuando se celebró el IV Centenario de la publicación de la obra del gramático, ...

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Pablo Serrano participó ayer en Salamanca en la inauguración de su última gran obra, un monumento a Nebrija encargado y sufragado por el ayuntamiento, la diputación y las dos universidades salmantinas. Pablo Serrano se mostraba complacido y satisfecho del resultado de la obra y de que la ciudad cuente con una escultura suya en el centro de una plaza con gran conflictividad de tráfico.La idea de que el célebre escultor aragonés realizara un monumento a Elio Antonio de Nebrija surgió hace dos años, cuando se celebró el IV Centenario de la publicación de la obra del gramático, Introducciones latinas, y la universidad salmantina le rindió homenaje. Al ayuntamiento y diputación se unieron en el proyecto las dos universidades, Civil y Pontificia. Aquellas instituciones han sufragado el 40%, respectivamente, del coste total de la obra, que asciende a doce millones de pesetas, y estas dos el 10% cada una.

La polémica, sin embargo, surgió cuando el ayuntamiento decidió la ubicación de la gran estatua, que mide dos metros de altura y de ancho, por tres de largo. La puerta de Zamora es una antigua entrada, por el norte, a Salamanca, que forma parte de la ronda de circunvalación, aunque ya ha quedado en el centro de la ciudad.

Sin embargo, Pablo Serrano manifestaba ayer que su obra "invita a mirar por el rabillo del ojo" a los que pasan deprisa, en coche, por la plaza, e invita a reflexionar en medio de una vida conflictiva, a pensar en un libro y, por extensión, en la cultura. Además el escultor turolense, que tiene ya otras dos estatuas en Salamanca -una de Unamuno y otra, Pan y Cultura, de la serie dedicada al pan-, animó a las autoridades a continuar integrando los objetos simbólicos en la vida cotidiana, a buscar soluciones a la cultura y a la ciudad.

"Estoy más contento de la situación que se le ha dado a Nebrija, en medio de esta plaza, sobre un pedestal que es una fuente con forma de libro, que la que se le ha dado en Teruel al monumento a La Labradora, en un parque público. No me hacen caso en Teruel, porque yo quiero que esta figura se integre en la vida de la calle, de la ciudad". Serrano habló de sus últimos trabajos: "Me estoy entreteniendo en un cierto aspecto del cubismo, y con algunas cosas que ha hecho Picasso sobre la guitarra".

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