Tribuna:

El premio de Belisario

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Cuando los viejos godos coiombianos supieron que el candidato del Partido Conservador a la presidencia de Colombia era un hombre de extracción popular, hijo de arriero, estudiante-trabajador y periodista progresista y combativo, pensaron que el conservadurismo se había equivocado de etiqueta o que un hijo se les había vuelto pródigo. Pero mayor fue el estupor de estos políticos de la patria boba cuando vieron que las papeletas que utilizaba Belisario Betancur en su campaña presidencial ironizaban: "Soy liberal, por eso votaré conservador".A este abogado, con vocación de periodista, ...

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Cuando los viejos godos coiombianos supieron que el candidato del Partido Conservador a la presidencia de Colombia era un hombre de extracción popular, hijo de arriero, estudiante-trabajador y periodista progresista y combativo, pensaron que el conservadurismo se había equivocado de etiqueta o que un hijo se les había vuelto pródigo. Pero mayor fue el estupor de estos políticos de la patria boba cuando vieron que las papeletas que utilizaba Belisario Betancur en su campaña presidencial ironizaban: "Soy liberal, por eso votaré conservador".A este abogado, con vocación de periodista, le gusta definirse como escritor -y lo es-, pero escritor social, de los que creen que hay un país formal y otro real, de los que saben que muchos han luchado por seguir viviendo de ilusiones sin enfrentarse a Colombia cara a cara y, en definitiva, es de los que están dispuestos a transformar o perecer.

En un país sacudido por las guerrillas del M-19 que de añeja se ha vuelto histórica, hay que ser valiente para ser generoso y perdonar. Belisario lo es porque cree que la mejor arma para la paz es la palabra. Y si en su nación dispuso la amnistía, pn Centroamérica no ha descansado, junto a los presidentes de México, Venezuela y Panamá, para lograr una solución negociada y pacífica de la crisis.

Pero hay otro Belisario que interesa, el hombre de pensamiento y acción, el que le dice al presidente norteamericano Ronald Reagan que se equivoca, que no nos comprende, el que logra desatar algunos hilos de la subversión, el que le expresa al mundo iberoamericano que sólo la unión nos hará fuertes y que España y América no pueden seguir andando separadamente.

En efecto, la democracia que España representa va al reencuentro de América para que juntos podamos construir un futuro mejor y contemos con el resto del mundo como una gran comunidad de pueblos organizados y dispuestos a defender independencias, soberanías, valores espirituales y recursos económicos.

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Con motivo del trisesquicentenario de la fundación de Cartagena de Indias, tierra de ron y son, el presidente Betancur dijo en presencia del príncipe de Asturias, que representaba a su padre el Rey de España, y del presidente del Gobierno español, Felipe González, que "una España próspera y activa en el marco de la comunidad europea y en el diseño de los alineamientos de política internacional, abre para iberoamericanos y caribeños la esperanza de alianzas sólidas y víables, complementarias en cuanto a nuestros principios democráticos, a nuestros intereses económicos y a nuestros recursos humanos, naturales y culturales".

A un estadista que siente y piensa así, no es de extrañar que el jurado convocado en la ciudad de Oviedo por la Fundación Principado de Asturías haya decidido por unanimidad concederle el premio de Cooperación Iberoamericana correspondiente al año 1983.

Que este gesto de reconocimiento individual sirva de estímulo a los 300 millones de seres que aún insistimos en rezarle a Jesucristo y hablar en español.

es ex presidente de Panamá y actual embajador en España.

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