Debate sobre los presupuestos para 1983

El Pleno del Congreso rechaza las enmiendas de AP, centristas y nacionalistas contra la totalidad de los presupuestos

El pleno del Congreso rechazó anoche por 116 votos favorables, 131 en contra y siete abstenciones las cuatro enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado para 1983 mantenidas por los grupos Popular, Minoría Catalana, Centrista y PNV, tras ser retiradas las dos del Grupo Mixto, defendidas por Santiago Carrillo y Agustín Rodríguez Sahagún, representantes respectivos del PCE y del CDS. Carrillo criticó especialmente la advertencia hecha por el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, para que no aumenten excesivamente los salarlos, a lo que Boyer contestó que debía deci...

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El pleno del Congreso rechazó anoche por 116 votos favorables, 131 en contra y siete abstenciones las cuatro enmiendas a la totalidad de los Presupuestos Generales del Estado para 1983 mantenidas por los grupos Popular, Minoría Catalana, Centrista y PNV, tras ser retiradas las dos del Grupo Mixto, defendidas por Santiago Carrillo y Agustín Rodríguez Sahagún, representantes respectivos del PCE y del CDS. Carrillo criticó especialmente la advertencia hecha por el ministro de Economía y Hacienda, Miguel Boyer, para que no aumenten excesivamente los salarlos, a lo que Boyer contestó que debía decirse la verdad a los trabajadores, quienes entenderían la política socialista de solidaridad que pide más a los que más tienen.

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Al margen de los representantes de Esquerra Republicana de Catalunya y de Euskadiko Ezkerra, que no formularon enmiendas, los comunistas y el CDS de Adolfo Suárez retiraron en último término sus propuestas de devolución de los presupuestos.Carrillo señaló que, dado que la votación se celebraría conjuntamente, no deseaba someter a la decisión de la Cámara su enmienda, junto a las presentadas por la derecha. Anunció la abstención de los diputados comunistas.

A pesar de esta actitud, la intervención de Carrillo ofreció bastante dureza contra el Gobierno socialista, a quien recriminó que, con los presupuestos a debate, contribuía a una mayor decepción del electorado que el 28 de octubre concebió esperanzas con el cambio ofrecido por el PSOE. Rechazó la calificación de "transición" aplicada por el Gobierno a los presupuestos y, en cambio, consideró que se trataba de unos presupuestos, como los de 1982. Más tarde, Rodríguez Sahagún calificaría a su vez los presupuestos del Gobierno socialista como "de resignación".

Carrilló aseguró que el Gobierno no ofrecía soluciones, sino que adoptaba una actitud fatalista, especialmente en cuanto al aumento del paro. Criticó la actitud de Boyer de confiar en las condiciones del mercado, especialmente del exterior, para salir de la crisis, actitud que calificó de suicidio eco.nómico. Denunció los presupuestos como inclinados a la derecha y preguntó al ministro si es cierto que se enfrentó con el resto del Gobierno para seguir los consejos del Grupo Popular en cuanto a la reducción del déficit. Boyer contestó que no había tenido ocasión de hablar de esa materia con el grupo citado y que, por la oposición manifestada a los presupuestos, demostraba que en todo caso tales consejos no habrían sido atendidos.

Carrillo, Fraga y 'el lobo'

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El diputado comunista dijo no entender la intervención de Manuel Fraga del día anterior, ante unos presupuestos que calificó como propios de la derecha, a no ser por su deseo de perpetuarla imagen de "lobo feroz que intran quiliza a la sociedad". Esta mención suscitó la respuesta de Fraga, quien aseguró que es mas probable que sea la persona de Carrillo y de su partido "aquí y en otras partes de Europa" quienes asuman ese papel de lobo político. Carrillo replicó que no había pretendido ofender pero que era probable que Fraga suscitara más temor que él, aunque sólo fuera porque cuenta con 105 diputados que participan unánimente de los giros ultristas de su líder.

Carrillo recordó también que Fraga, a quien calificó de "jefe de la derecha", habló de peligros para la paz civil que él no compartía pero coincidió en que puede recrudecerse la lucha de clases sino se presta suficiente atención a pro blemas como los de Gijón, Sagunto, Vigo y los de los jornaleros an daluces. Citando la advertencia de Boyer frente al posible aumento de la renta salarial por encima del 12% preguntó: "¿Es que todos los ministros de Hacienda, sean del partido que sean, tienen que hablar más como la CEOE que como los sindicatos?". Resaltó que el poder adquisitivo de los salarios disminuyó un punto el año pasado y va a volver a descender en el actual. Boyer replicó que desde el Gobierno hay que decir las verdades duras y citó la actitud del Gobierno francés, en el que hay camaradas políticos de Carrillo, que tienen las mismas preocupaciones que nosotros".

El diputado comunista insistió en la necesidad de solucionar el problema del paro y solicitó la creación de un fondo de acción, coyuntural por un importe mínimo de 350.000 millones dé pesetas para crear puestos de trabajo. Reiteró que esta filosofía era compartida por el PSOE en la oposición y que debería llevarla a Ja práctica en el Gobierno. Reconoció un aspecto progresista de los presupuestos en el aumento de un punto en los impuestos directos y in la baja de otro punto en los indirectos. En cambio, repitiendo una crítica realizada con anterioridad por el diputado del PNV Ángel Olarte, pidió una lucha efectiva contra el fraude fiscal, a lo que añadió la regulación del impuesto sobre sucesiones y patrimonio, pendiente desde la legislatura anterior.

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