Nuevos géneros en el festival de teatro de Madrid
El III Festival Internacional de Teatro de Madrid sigue dando paso de forma constante a nuevos e interesantes estrenos en diversas salas teatrales de la capital. A lo largo de esta semana han actuado en la sala de fiestas Molino Rojo los transformistas Patrick y Juanito Díaz.Patrick se mueve dentro de la ortodoxia del travestido imitador, y consigue levantar admiración con sus interpretaciones y creaciones de personajes como Evita Perón, Liza Minnelli, Edit Piaf, etcétera. Juanito Díaz canta a la Lola de España, recita a Rafael de León y cuenta al público sus aventuras y desventuras.
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El III Festival Internacional de Teatro de Madrid sigue dando paso de forma constante a nuevos e interesantes estrenos en diversas salas teatrales de la capital. A lo largo de esta semana han actuado en la sala de fiestas Molino Rojo los transformistas Patrick y Juanito Díaz.Patrick se mueve dentro de la ortodoxia del travestido imitador, y consigue levantar admiración con sus interpretaciones y creaciones de personajes como Evita Perón, Liza Minnelli, Edit Piaf, etcétera. Juanito Díaz canta a la Lola de España, recita a Rafael de León y cuenta al público sus aventuras y desventuras.
Mañana, lunes, también en Molino Rojo, Pep Bou presenta un montaje que podría definirse como insólito. Bufa planetas (Sopla planetas) es un espectáculo en su totalidad visual. Los pequeñísimos diálogos que se dan en él son recursos y puntos de apoyo que no responden a estructura narrativa alguna. Pompas de jabón, pequeñas, grandes, de colores, en manada, vestidas de gala; algunas, tímidas; otras, insultantes de exuberancia, mágicas, inquietantes... Todas juntas, ofreciendo un sueño loco lleno de belleza.
El festival ofrece desde el viernes pasado en el teatro Martín la presencia de uno de los más populares payasos vanguardista. Se trata de Tortell Poltrona, con su espectáculo Boguerias (Locuras). Director del Circ Cric desde su creación, ahora Tortell se lanza en solitario, con su renovador estilo de hacer y crear circo. Rompe con moldes, sin dejar de rescatar toda la magia, ingenuidad y frescura de los payasos circenses. Acopla su espectáculo a una sala teatral, abandonando su habitual carpa, y demuestra algo ya reconocido, al menos para Tortell Poltrona: que el payaso no es exclusivo del espectador infantil.
Un profesional con fuerza que mantiene durante una hora y pico la carcajada y que recobra para todos el origen de la clownería.