Weinberger y Serra discuten sobre la futura política de defensa y seguridad del Gobierno español

El secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, que llegó ayer tarde a Madrid procedente de Portugal, pedirá al Gobierno español la información más clara y precisa sobre las intenciones socialistas en materia de alineamiento occidental y de política de defensa, a la vez que expondrá a sus interlocutores, también en la forma más clara y precisa, cuál es la posición de la Administración Reagan en el tema del reforzamiento nuclear europeo.

El ministro norteamericano ha sido invitado por su colega español, Narcís Serra, con quien a última hora de ayer celebró una primera reunión...

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El secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, que llegó ayer tarde a Madrid procedente de Portugal, pedirá al Gobierno español la información más clara y precisa sobre las intenciones socialistas en materia de alineamiento occidental y de política de defensa, a la vez que expondrá a sus interlocutores, también en la forma más clara y precisa, cuál es la posición de la Administración Reagan en el tema del reforzamiento nuclear europeo.

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El ministro norteamericano ha sido invitado por su colega español, Narcís Serra, con quien a última hora de ayer celebró una primera reunión de trabajo, seguida de una cena. En los brindis, el ministro norteamericano, en línea con sus conocidas posiciones sobre las relaciones Este-Oeste, tuvo duras palabras contra la amenaza soviética. "Hoy nos encontramos aliados en una empresa cuyo fin es el de salvaguardar los mas preciados valores occidentales de democracia e independencia, frente a un adversario amenazador que alberga unas ambiciones en Europa y en el mundo sin precedentes en la historia", dijo Weinberger.En referencia a la situación que han de hacer frente todos los aliados europeos, Weinberger, refiriendose a las felaciones hispano norteamericanas, señaló que "las dificultades a las que han de hacer frente éstas en el futuro, en lo que atañe al desarrollo de unas nuevas relaciones de seguridad en el marco de la OTAN, manteniendo nuestras especiales relaciones bilaterales, son formidables; sin embargo yo confío en que en el futuro veremos, después de una labor intensa, un florecimiento de las relaciones hispano norteamericanas sin precedentes en los últimos cien años".

Durante las 48 horas que permanecerá en Madrid, Caspar Weinberger se entrevistará también con el presidente Felipe González, el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Morán, y mañana será recibido por el rey Juan Carlos. Asimismo, está previsto que el ministro norteamericano acuda a unos ejercicios militares de la Brigada Paracaidista en la zona de lanzamiento de Santorcaz (Guadalajara).

No existe una agenda concreta de discusiones, aunque en medios del Ministerio de Defensa español se mencionan como prioritarios y en sentido general los de la OTAN, material bélico y acuerdo bilateral. Al término de la visita, se espera un comunicado de Prensa, y esta noche, un posible coloquio con periodistas y otros profesionales que acudan a la cena que ha organizado en su honor el Instituto Nacional de Cuestiones Internacionales (INCI).

El ministro Serra declaró ayer a EL PAIS que "va a exponer a su colega norteamericano el planteamiento que está haciendo el Gobierno en todo el tema de la defensa, así como la revisión de la política de seguridad". Preguntado sobre cuándo estima que habrá concluido ese estudio, Narcís Serra manifestó que "no sabía", pero que consideraba "vago" el decir que España condiciona este proceso a que se reduzca la tensión que el debate sobre los euromisiles está produciendo en Europa.

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Weinberger, de 65 años, licenciado en Humanidades y Derecho por la Universidad de Harvard, ex ministro del Presupuesto y de Educación y Seguridad Social en la presidencia de Richard Nixon, es el principal consejero y hombre duro en el actual Gabinete de Ronald Reagan, del que ocupa la cartera de Defensa desde enero de 1981.

Siguiendo con esta línea de pensamiento, y, según los medios cercanos al secretario de Defensa norteamericano consultados por EL PAIS a su llegada ayer a Madrid, que "la Administración Reagan, que desea que España continúe en la OTAN, espera que el Gobierno socialista descongele la integración militar en la Alianza". De todas formas, estas fuentes indicaron que no hay intención de presionar al Gobierno español para que acelere la decisión que piensa tomar una vez que revise la política de defensa y seguridad.

Weinberger está convencido de la necesidad de una integración plena de España en la Organización del Tratado del Atlántico Norte, única forma de que el país obtenga la defensa y armamento adecuado que necesita la OTAN para tener completamente cubierto su flanco suroccidental. Acompañan a Weinberger el subsecretario de Defensa, Ronald Lauder, y el director general para asuntos de Seguridad Internacional, Richard Perle.

Material bélico

El programa de ayuda a España en materia de seguridad propuesto para el año fiscal de 1983 y aprobado por el Congreso norteamericano asciende a 400 millones de dólares (unos 52.800 millones de pesetas). Esta cantidad será dedicada a la compra de material bélico en los Estados Unidos. Este tema figurará en la agenda de conversaciones con Caspar Weinberger, según pudo saber este periódico en fuentes cercanas al Ministerio de Defensa español.

Existen actualmente por parte española dos tendencias, no del todo contrapuestas, en el examen de esta cuestión.

La primera, considera que se compra excesivo material militar a los Estados Unidos y que, por tanto, deberían aumentarse las contrapartidas que ofrece dicho país a nuestras adquisiciones. La segunda es la de intentar incorporarse cada vez más a proyectos europeos de armamento.

En el tema FACA (Futuro Avión de Combate y Ataque) se planteará al secretario de Defensa norteamericano la conveniencia de que España se ocupe del mantenimiento de los aviones F-18A que en el futuro estén en bases europeas. En este proyecto, según fuentes españolas, estarían incluidos, además de los 84 españoles, el medio centenar de F-18A que Canadá mantendrá en Europa (como aportación a la OTAN) y muchos de los aparatos de este tipo que tendrá la VI Flota en el Mediterráneo. Este plan podría aportar enormes beneficios económicos a España, y existe cierto optimismo de que los norteamericanos acepten la propuesta a cambio de que aquí se den las suficientes garantías de que ese aporte tecnológico será debidamente protegido.

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