Un cineasta argentino en Europa

Premiado en los recientes festivales de Cartagena de Indias, Montreal, Biarritz, La Habana y Huelva, el joven cineasta argentino Adolfo Aristarain será presentado oficialmente en Europa durante el próximo festival de Cannes ya que su película Ultimos días de la víctima, ahora galardonada en Huelva, se exhibirá en la importante sección de la Quincena de Realizadores.Adolfo Aristarain tiene 39, fue ayudante de dirección (entre otros, de Mario Camus) y ha dirigido ya tres largometrajes, inspirados todos en la estética del cine negro norteamericano aunque aportándole una carac...

Premiado en los recientes festivales de Cartagena de Indias, Montreal, Biarritz, La Habana y Huelva, el joven cineasta argentino Adolfo Aristarain será presentado oficialmente en Europa durante el próximo festival de Cannes ya que su película Ultimos días de la víctima, ahora galardonada en Huelva, se exhibirá en la importante sección de la Quincena de Realizadores.Adolfo Aristarain tiene 39, fue ayudante de dirección (entre otros, de Mario Camus) y ha dirigido ya tres largometrajes, inspirados todos en la estética del cine negro norteamericano aunque aportándole una característica porteña que le convierte en un autor personal e irrepetible.

La parte del león, su primer largo, narra las desventuras de un pobre oficinista que, por azar, encuentra el botín obtenido por unos peligrosos delincuentes; su imposibilidad para hacer efectivo el dinero robado se complica con la sangrienta persecución de que es objeto.

Tiempo de revancha, su película siguiente, ahora premiada en La Habana y de próximo estreno comercial en España, es probablemente su mejor trabajo: un viejo militante de izquierdas finge quedar mudo tras un falso accidente en la mina en la que trabaja; su proyecto de obtener dinero de la empresa le obliga a un silencio angustioso, que acabará con su destrucción: sólo siendo mudo, se sobrevive en Argentina.

Ultimos días de la víctima, su último filme hasta el momento, sigue la trayectoria de un asesino a sueldo, vigilante y vigilado, verdugo y víctima del complejo engranaje del crimen, que organizan fríamente los asépticos ejecutivos de grandes empresas.

No cuenta nunca Aristarain con la intervención policial para solucionar sus conflictos dramáticos ni concede a sus personajes más oportunidades de las que son posibles en la vida real.

Cine tenso, vivo e inteligente, está realizado con tal dominio profesional que no es posible encontrar con facilidad otros autores en el cine norteamericano o europeo que alcancen su madurez narrativa. Es, evidentemente, el autor del año.