La iluminación insuficiente no perjudica la vista

Una iluminación insuficiente no perjudica la vista, contrariamente a la creencia popular, según un informe reciente del profesor Erwin Hartmann, director del Instituto de Optica de la Universidad de Munich.

"Incluso si hay tan poca luz que apenas puede verse nada". asegura el profesor, "los ojos no sufren ningún daño por mucho que se esfuercen".

Los efectos de una iluminación insuficiente son de otro tipo: cansancio prematuro, nerviosismo y falta de concentración, lo cual resulta perjudicial para el trabajo y el rendimiento.

El informe de Hartmann fue realizado por enc...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Una iluminación insuficiente no perjudica la vista, contrariamente a la creencia popular, según un informe reciente del profesor Erwin Hartmann, director del Instituto de Optica de la Universidad de Munich.

"Incluso si hay tan poca luz que apenas puede verse nada". asegura el profesor, "los ojos no sufren ningún daño por mucho que se esfuercen".

Los efectos de una iluminación insuficiente son de otro tipo: cansancio prematuro, nerviosismo y falta de concentración, lo cual resulta perjudicial para el trabajo y el rendimiento.

El informe de Hartmann fue realizado por encargo del Ministerio de Asuntos Sociales del Estado alemán de Baviera, como parte de un estudio más amplio acerca de la productividad laboral.

Otra de las creencias atacadas por el estudio es la relativa a las luces de neón: las lámparas fluorescentes no perjudican la vista ni irritan los ojos, asegura Hartmann. Al igual que la falta de luz, las lámparas fluorescentes tienen inconvenientes de tipo psíquico, pues su reflejo es azul y tiene un efecto de frialdad que puede dar una sensación de tristeza.

A las empresas que empleen estos tubos de neón en salas donde sus empleados permanecen largas horas el estudio les aconseja que empleen junto a la luz colores cálidos o cristales ligeramente teñidos con estos tonos para evitar un efecto depresivo.

En cualquier caso, los tubos fluorescentes no provocan nerviosismo ni inquietud, como sus detractores en Alemania Occidental han asegurado durante decenios.

El informe del profesor Hartmann afirma también que no hay peligro alguno en que los niños lean en la cama con una linterna. Lo único que puede ocurrirles es que les cueste levantarse a la mañana siguiente.

Archivado En