El Ballet Moisseiev inicia en Valencia su gira de 'folklore ruso renovado'

El ballet ruso de Igor Moisseiev inició en Valencia su gira española con un programa en el que el folklore de todas las regiones que integran la URSS es abordado desde un criterio coreográfico de renovación contemporánea. El público que ocupaba la arena y graderío de la plaza de toros mostró desde los primeros momentos, con frecuentes aplausos, la identificación del pueblo español con la vivacidad y el alarde gimnástico de los bailes rusos. El próximo 4 de septiembre se presentará en Madrid y posteriormente actuará en Barcelona, San Sebastián, Bilbao, Vitoria y Oviedo.El trabajo creativ...

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El ballet ruso de Igor Moisseiev inició en Valencia su gira española con un programa en el que el folklore de todas las regiones que integran la URSS es abordado desde un criterio coreográfico de renovación contemporánea. El público que ocupaba la arena y graderío de la plaza de toros mostró desde los primeros momentos, con frecuentes aplausos, la identificación del pueblo español con la vivacidad y el alarde gimnástico de los bailes rusos. El próximo 4 de septiembre se presentará en Madrid y posteriormente actuará en Barcelona, San Sebastián, Bilbao, Vitoria y Oviedo.El trabajo creativo de Moisseiev, quien a los dieciséis años ya era primer bailarín del teatro Bolshoi, se inicia en 1937 con la creación del primer conjunto de danzas populares de la URSS. En aquel tiempo, hace precisamente 45 años, Moisseiev compartió su tesón por hacer del folklore un espectáculo contemporáneo con la investigación del historiador del teatro ruso V. Vsevolojski, quien había reunido canciones y danzas populares.

La síntesis entre tradición y modernidad está brillantemente resuelta en el Ballet Moisseiev, ya que la representación de una divertida pantomima sobre el escenario, en la que dos equipos de fútbol realizan insólitas acrobacias, no desdice el tono más severo de la original danza de puntas de Georgia, interpretada exclusivamente por danzarines al ritmo de tambor, ni tampoco se opone a la coreografía elegida para piezas más clásicas, como las danzas de Bielorrusia y de Moldavia.

A lo largo del programa se dosifica el ritmo trepidante con el humor y la representación teatral. Los 130 bailarines que integran la compañía, con edades comprendidas entre los dieciocho y los veintiséis años, se transforman en caballos del número épico de Los partisanos, en parejas de un baile popular de viejo café o en cocineros de la danza del plato de la región de Uzbek. La audacia de su ductilidad para adaptarse a cualquier papel de la representación tiene un claro exponente en el combate de dos enanos que al final del número resultan ser un solo bailarín, que durante largos minutos realiza un sorprendente trabajo de contorsionismo para crear la ficción de dos personas. La segunda parte, que al igual que la primera dura una hora, se abre con Un día en la marina, prodigiosa pieza visual en la que la imaginación de Moisseiev consigue situar en el dique seco del escenario un largo y lustroso buque humano integrado por los cuerpos del conjunto de los bailarines.

La gira prosigue el sábado día 4, en Madrid, en el Palacio de los Deportes, y después el ballet actuará en Oviedo, Pamplona, Bilbao, San Sebastián y Barcelona. Igor Moisseiev ha mostrado un gran interés por la jota aragonesa, que le llevó a investigar sus orígenes por las tierras de Zaragoza, Huesca y Alcañiz, en una gira de tres meses realizada durante 1967. Desde entonces integró la jota en su repertorio, formado por más de trescientas danzas populares.

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