Crítica:OPERA

Una bien cantada lección de Donizetti

En estos días se ha visto en Madrid Il Campanello, que con Elixir de amor y Don Pasquale constituye lo más granado del "otro" Donizetti, tan lejano del melodrama Lucía, como cercano al espíritu del mejor Rossini. En el teatro de la Zarzuela, dentro de la 19ª Temporada de Opera, pudimos asistir a un excelente Don Pasquale, protagonziado por el veterano y magnífico Paolo Montarsolo (Nápoles, 1925).El talento de Donizetti consigue dar vida a un tipo y a unas situaciones, características de la ópera bufa, infundiendo al tono ligero, a la ágil vocalidad y al justo...

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En estos días se ha visto en Madrid Il Campanello, que con Elixir de amor y Don Pasquale constituye lo más granado del "otro" Donizetti, tan lejano del melodrama Lucía, como cercano al espíritu del mejor Rossini. En el teatro de la Zarzuela, dentro de la 19ª Temporada de Opera, pudimos asistir a un excelente Don Pasquale, protagonziado por el veterano y magnífico Paolo Montarsolo (Nápoles, 1925).El talento de Donizetti consigue dar vida a un tipo y a unas situaciones, características de la ópera bufa, infundiendo al tono ligero, a la ágil vocalidad y al justo acompañamiento orquestal matices de melancólico lirismo. Montarsolo, que conserva su bien timbrada voz de bajo, es todo un maestro y esto hizo en Don Pasquale: dar lecciones de bien cantar y bien representar.

Don Pasquale, de G

Donizetti.Intérpretes: P. Montarsolo, E. Serra, D. González, P. Wise y J. Manzaneda. Coro del Teatro. Director, José Perera. Orquesta Sinfónica de Madrid. Dirección musical: Jorge Rubio. Dirección escénica: Emilio Sagi. Escenarios trajes: Julio Galán. 19º Temporada de Opera de Madrid. Teatro de la Zarzuela. 12, 14, 16 y 18 de mayo.

La soprano Patricia Wise, en el único personaje femenino de la obra (Norina-Sofronia), cantó y actuó luciendo unos medios preciosos, una técnica ágil y segura y una inteligencia de actriz fuera de lo común.

En los demás papeles tuvimos al barítono Enric Sorra, capaz de componer un Doctor Malatesta de buena ley. Esto es: ajustado a su carácter de tipo bufo, pero sin la menor exageración. Con él brilló el lirismo, la buena línea y exacta entonación del tenor Dalmacio González, un Ernesto de gran agresividad y voz aérea. José Manzaneda encarnó con propiedad el breve tipo del Notario.

La parte coral lució con brillantez, así como la orquestal, gracias a la, atinada labor del director musical, Jorge Rubio. Responsable de la regie fue Emilio Sagi, cuyo trabajo reflejó inteligencia y refinamiento estilístico. Los escenarios de Julio Galán me recordaron, por su sencillez, los que hiciera Ladislav Stros para Salzburgo en 1971. De todos modos, para nuestro medio, son muy dignos de estima, si bien en algún caso, como en el último cuadro, había demasiadas "estrellitas" en el cielo o en los interiores, las "arañas" resultaban harto convencionales. El público de "primera" aplaudió los escenarios quizá por lo que había en ellos de tradicionales antes que por lo que tienen de estilización.

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