Las III Jornadas Farmacéuticas potencian la función del boticario en el control de los alimentos

«La solución para mejorar la calidad de los alimentos está en una mayor coordinación entre los ministerios encargados de su producción y control, respectivamente. Sin embargo, intentar controlar absolutamente todos los productos objeto de consumo es algo imposible. En los países más desarrollados este control no sobrepasa el 0,5% del total de los lotes fabricados, en el caso de productos especialmente delicados. En España no tenemos datos, pero debemos estar alrededor de un 0,1% del control de los lotes de alimentos», declaraba a EL PAIS Juan Manuel Ponz, jefe del Servicio de Alimentación de O...

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«La solución para mejorar la calidad de los alimentos está en una mayor coordinación entre los ministerios encargados de su producción y control, respectivamente. Sin embargo, intentar controlar absolutamente todos los productos objeto de consumo es algo imposible. En los países más desarrollados este control no sobrepasa el 0,5% del total de los lotes fabricados, en el caso de productos especialmente delicados. En España no tenemos datos, pero debemos estar alrededor de un 0,1% del control de los lotes de alimentos», declaraba a EL PAIS Juan Manuel Ponz, jefe del Servicio de Alimentación de Origen Vegetal, del Ministerio de Sanidad, quien presentó varias comunicaciones en las III Jornadas Farmacéuticas, celebradas la semana pasada en la Manga del Mar Menor, de Murcia.

«Lo ideal», continúa Ponz, «está en que ese control de los alimentos lo realicen sólo dos ministerios: el de Agricultura, Pesca y Alimentación, que cuidaría de la calidad de la producción de alimentos, y el Ministerio de la Salud Pública, que, entre otras cosas, ejercería otro control independiente del anterior. El futuro Ministerio de Salud Pública comprendería también la sanidad preventiva, la sanidad asistencial, farmacia y medicamentos, y la higiene de los alimentos». Ponz propone en una de sus comunicaciones presentadas en el congreso celebrado que el farmacéutico que tiene oficinas abiertas en las pequeñas y medianas poblaciones sea al mismo tiempo el técnico que precisan las industrias locales para el control de la calidad de los alirnentos que se fabrican. «En el medio rural sería especialmente interesante, ya que la industria pequeña no puede permitirse mantener un técnico a plena dedicación, pero precisan un apoyo técnico y lo encuentran en el farmacéutico establecido en la localidad y que se especializa adecuadamente».Otra tercera modalidad en el control de los alimentos que apunta Ponz es la creación de unos laboratorios independientes, «de gran interés para grupos de farmacéuticos. debidamente especializados y organizados». El jefe del Servicio de Alimentación del Ministerio de Sanidad muestra su convicción en que los primeros interesados en desarrollar este control alimentario, que en buena parte realizarían los farmacéuticos, son los industriales, «la mayoría de ellos honrados industriales, que tienen que competir con unos pocos e inmorales que hacen una competencia desleal con productos de baja calidad o sin control sanitario».

Entre las conclusiones de la mesa de bromatología y nutrición, los farmacéuticos, reunidos en la Manga del Mar Menor, acordaron imprescindible la creación de la sección de dietética en todos los hospitales.

La interacción entre medicamentos y alimentos

La interacción entre medicamentos y alimentos, así como las incompatibilidades entre distintos fármacos suministrados a una misma persona, fue uno de los temas más importantes. Ahí se impuso la idea de que el farmacéutico con establecimiento propio debe ser un profesional que contribuya a fomentar una cultura sanitaria mayor entre la población, labor que puede realizar desde las mismas oficinas de farmacia. Sus consejos y su conocimiento de los clientes habituales le capacitan especialmente para ello. Junto a esta idea, la puesta en marcha de un servicio en donde la informática ayuda al farmacéutico a conocer las posibles interacciones negativas entre alimentos y medicación. Algunos colegios oficiales de farmacéuticos, como es el de Murcia o el que existe en Madrid, dependiente del Consejo General de Colegios Oficiales, ayudan ya a suministrar al profesional esos datos almacenados en una computadora, la cual informa sobre incompatibilidades, etcétera. Estos servicios prestados desde una farmacia son los primeros elementos que configuran lo que en un futuro serán estos establecimientos.El doctor Sacristán Dorronsoro, titular de Loeches (Madrid), en su comunicación libre analiza la evolución de la farmacia según los cambios sociales que se están produciendo, explicando que las oficinas de farmacia se convertirán en un futuro cercano en centros de asesorarrilento sanitario para la población, «y ésta habrá de darse de manera individualizada y personalizada. Mayor contacto humano le será exigido».

"No a la guerra entre distintos cuerpos profesionales"

«Ha llegado el momento de que este país se organice a través de sus instituciones, y no a través de cuerpos diversos, cerrados y celosos defensores de parcelas de competencia exclusivista, que más responden a un egoista sentido e intereses de esos cuerpos que a la eficacia de la función que tienen encomendada», dijo en su discurso inaugural el presidente de las jornadas, Antonio Maeso, presidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Murcia, quien subrayó que «estas divisiones corresponden más a una concepción decimonónica, mantenedora de criterios gremialistas que hacen que la lucha por las competencias profesionales, en algunos casos, sean dirigidas con una mentalidad de conquista de prebendas y que, en definitiva, esterilizan en gran parte la función que la sociedad le tiene encomendada».

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