Razones para una ausencia

En los últimos tiempos, Jesús López Cobos ha recibido incontables tentaciones para que vuelva a su país, se integre como titular de la Orquesta Nacional y prosiga desde aquí su brillante carrera internacional, que hoy le tiene en Madrid tarareando con una ópera de Verdi, con vistas a un próximo montaje, y que la semana próxima le obligará a actuar en Estados Unidos. El resiste las tentaciones y define la noticia de que él, Nieva y Pilar Lorengar van a estar juntos en la escena de una de las instituciones operísticas más importantes del mundo.«Es un símbolo de que, por desgracia, aquí no tenemo...

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En los últimos tiempos, Jesús López Cobos ha recibido incontables tentaciones para que vuelva a su país, se integre como titular de la Orquesta Nacional y prosiga desde aquí su brillante carrera internacional, que hoy le tiene en Madrid tarareando con una ópera de Verdi, con vistas a un próximo montaje, y que la semana próxima le obligará a actuar en Estados Unidos. El resiste las tentaciones y define la noticia de que él, Nieva y Pilar Lorengar van a estar juntos en la escena de una de las instituciones operísticas más importantes del mundo.«Es un símbolo de que, por desgracia, aquí no tenemos las instituciones culturales que hagan posible que nuestra producción artística se desarrolle aquí», dice López Cobos. «Yo creo que, en efecto, las personas que me manifiestan su inquietud sobre la fecha de mi regreso a España expresan deseos verdaderos. Pero, sinceramente, yo debo esperar a que se produzcan factores que hagan posible mi trabajo aquí».

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Algunos de esos factores están fuera del alcance de López Cobos, quien habla de la situación de la música española como un hombre que vivió ese drama desde el conservatorio. «Las estructuras musicales no son las adecuadas, la Orquesta Nacional tiene un reglamento antiguo, están bloqueadas las oposiciones, todavía está prohibido que sea extranjero cualquier integrante de dicha orquesta y la presión de la burocracia hace que las personas que de buena fe están tratando de resolver el problema se encuentren imposibilitadas de llevar a cabo sus propósitos, porque cuando cambian los cargos de la Administración también varían los responsables culturales.

López Cobos tiene contrato con la Opera de Berlín hasta 1986. El próximo año decidirá sobre las ofertas que se le reiteran para que regrese a España. El público le atrae, «porque es abundante e interesado», pero le perturba la inseguridad en la que vive en nuestro país el creador.

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