Ni segura, ni social

Tiene más razón que un santo el señor Sancho Rof, ministro de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, cuando afirma que el Ministerio no tenía por qué descubrir el agente causante de la neumonía atípica. Los ministerios no están para estas cosas. Los ministerios están para intercambiarse papeles y para justificar una nómina costosísima.Lo que ya no está tan claro es que el agente causante de la neumonía no pudiera ser descubierto en alguno de lbs centros que dependen del Ministerio, como el de Virología de Majadahonda, o en cual quiera de las múltiples y muchas veces gigantescas dependencias de l...

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Tiene más razón que un santo el señor Sancho Rof, ministro de Trabajo, Sanidad y Seguridad Social, cuando afirma que el Ministerio no tenía por qué descubrir el agente causante de la neumonía atípica. Los ministerios no están para estas cosas. Los ministerios están para intercambiarse papeles y para justificar una nómina costosísima.Lo que ya no está tan claro es que el agente causante de la neumonía no pudiera ser descubierto en alguno de lbs centros que dependen del Ministerio, como el de Virología de Majadahonda, o en cual quiera de las múltiples y muchas veces gigantescas dependencias de la Seguridad Social, dotados, se supone, de departamentos de investigación. Pues no, señor. En un país que en el último tercio del siglo XX parece querer perpetuar la imagen del investigador solitario, a lo Ramón y Cajal, el probable origen de la neumonía tenía que ser descubierto por una persona, no por una institución: el doctor Tabuenca, que si contó con colaboradores fueron los de una entidad ajena a la responsabilidad directa del macroministerio del señor Sancho Rof: el Hospital del Niño Jesús, de Madrid, del que el doctor Tabuenca es director. Que esto ocurra, creemos que ya no puede extrañar a nadie. Lo peor es que intente justificarlo el ministro. (...)

21 de junio

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