La creación de museos comarcales se ofrece como solución al expolio de monumentos eclesiásticos

La creación de museos comarcales, donde se recojan y exhíban las piezas sueltas más importantes del patrimonio histórico-artístico de la zona parece ser, a tenor de las fuentes consultadas por EL PAIS, la solución más idónea, que no perfecta, para salvaguardar el legado artístico de Castilla-León, cada vez más amenazado por los frecuentes desvalijamientos y asaltos que sufren las iglesias, y de los que el robo en la colegiata de Toro ha sido su último exponente.Estos museos comarcales, más de cuatro o cinco por provincia, no albergarían todas las obras valiosas, sino sólo aquellas que no e...

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La creación de museos comarcales, donde se recojan y exhíban las piezas sueltas más importantes del patrimonio histórico-artístico de la zona parece ser, a tenor de las fuentes consultadas por EL PAIS, la solución más idónea, que no perfecta, para salvaguardar el legado artístico de Castilla-León, cada vez más amenazado por los frecuentes desvalijamientos y asaltos que sufren las iglesias, y de los que el robo en la colegiata de Toro ha sido su último exponente.Estos museos comarcales, más de cuatro o cinco por provincia, no albergarían todas las obras valiosas, sino sólo aquellas que no estén integradas en un conjunto o las piezas pequeñas de escultura, platería, etcétera, que pueden sustraerse sin dificultad y que, a juicio de los expertos, «desempeñan idéntico papel en un armario de una sacristía que en un museo», sólo que aquí gozarían de la suficiente protección.

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José Navarro Talegón, consejero provincial de Bellas Artes de Zamora, autor del Catálogo monumental de Toro y su alfoz y uno de los hombres que más trabaja en esta provincia por la defensa del patrimonio, participa plenamente de la idea y asegura que los planes de la dirección general, en lo que respecta a Zamora, van por este camino. «Se proyecta», señaló, «construir varias cámaras en la torre de la colegiata de Toro para recoger esas piezas pequeñas y también convertir el convento del Sancti Spiritus en un museo diocesano comarcal en el que estarían las mejores obras. Asimismo, está previsto el acondicionamiento del palacio del Cordón, en Zamora, para museo provincial, y el del palacio episcopal para museo diocesano provincial».

Sin embargo, todas estas obras, muy costosas (sólo la conversión del convento del Sancti Spiritus supone una inversión de más de cuarenta millones de pesetas), pueden tardar mucho y, por tanto, no proteger al patrimonio histórico-artístico.

Navarro Talegón, que ayer desmintió tajantemente que hubiese criticado al delegado de Cultura, Herminio Ramos, ha elaborado ya, en prevención de hechos similares al del jueves, una lista de obras artísticas de la comarca de Toro para guardarlas en algún lugar que no quiso revelar, aunque probablemente se trate de un convento de clausura. «El problema», añadió, «es que la gente se opone a que las tablas, tallas, esculturas, etcétera, sean sacadas de las iglesias de sus pueblos. No hay forma de convencerlos, ni siquiera levantando actas notariales, de que volverán allí cuando se cuente con medidas de protección». En tal sentido recuerda que los vecinos de Barcial del Barco (Zamora) se opusieron al traslado a la capital de varias partes de un retablo mientras se restauraba la iglesia, y pocos días después las obras fueron robadas.

"Desamortización"

En general, hay coincidencia al afirmar que no se pueden llevar a cabo medidas excepcionales de alarma y protección en todos y cada uno de los pequeños templos que tienen obras histórico-artístícas en la región. En Medina de Rioseco, localidad vallisoletana que alberga uno de los tesoros más impresionantes de la zona, se ha formado un museo local en la iglesia de Santa María. Allí se llevaron piezas de otras iglesias y monumentos. Pero este es un caso aislado y único. El alcalde de la ciudad, Manuel Fuentes, viene reclamando desde hace tiempo la constitución de un museo comarcal, pero apenas ha logrado frutos.A raíz de los robos registrados el pasado año en varios pueblos (Paredes de Nava, Fromista, Tordesillas, etcétera), el arzobispado de Valladolid pidió que las obras importantes fuesen remitidas al museo diocesano. Llegaron pocas, pero, además, este museo tiene escaso espacio y las piezas permanecen almacenadas en dependencias adyacentes. Por entonces, la cátedra de Historia del Arte de la Universidad de Valladolid se mostró contraria a la concentración indiscriminada de obras de arte en las ciudades, por entender que no tiene sentido sacarlas del lugar para el que fueron creadas y porque podría iniciarse un proceso casi equiparable a una nueva desamortización. José Navarro Talegón coincide con ello, pero diferencia entre «obras aisladas y piezas pequeñas, que sí deben guardarse en museos, y retablos y conjuntos, que, desde luego, no pueden desmontarse de una Iglesia para llevarlos por piezas separadas a una sala donde no dicen nada; en este caso casi nos pondríamos nosotros a la altura de los que roban». Para el consejero de Bellas Artes de Zamora, «la posición de Javier Tusell es loable y está demostrando una gran eficacia y sentido, pero se topa, como siempre, con el problema del dinero y con que los proyectos, que son buenos al menos en esta comarca de Toro, se retrasan mucho».

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