CLÁSICA

El director soviético Kondrashin murió en su exilio de Holanda

La muerte en Amsterdam del maestro Kiril Petrovich Kondrashin supone una baja importante en el cuadro de la interpretación soviética. Nacido el 6 de marzo de 1914, tuvo como maestro a Boris Khaikin, que le formó en una técnica expresivista, relacionada fuertemente con las tradiciones alemanas. Ya en 1934 dirige el teatro Memirovitch-Dantchenko y, posteriormente, figura como titular del Bolshoi de Moscú durante trece años.Los éxitos de Kondrashin, su especial manera de entender las partituras, con una línea apasionada, detallista y de gran riqueza colorística, le llevan a la titularidad de la O...

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La muerte en Amsterdam del maestro Kiril Petrovich Kondrashin supone una baja importante en el cuadro de la interpretación soviética. Nacido el 6 de marzo de 1914, tuvo como maestro a Boris Khaikin, que le formó en una técnica expresivista, relacionada fuertemente con las tradiciones alemanas. Ya en 1934 dirige el teatro Memirovitch-Dantchenko y, posteriormente, figura como titular del Bolshoi de Moscú durante trece años.Los éxitos de Kondrashin, su especial manera de entender las partituras, con una línea apasionada, detallista y de gran riqueza colorística, le llevan a la titularidad de la Opera de Leningrado y a una gira por Estados Unidos, realizada en 1958, que supone la confirmación de su talento a escala mundial.

A lo largo de quince años, y a partir de 1960, trabaja al frente de la Filarmónica del Estado de Moscú y recibe el nombramiento de artista del pueblo. Colaborador de los grandes solistas -Oistrach, Richter y Gillels- y de los primeros compositores soviéticos -Chostakovitch, Katchaturian, Shedrine-, sus grabaciones discográficas alcanzan una gran difusión. Estrena absolutamente las sinfonías 4ª y 13ª, de Chostakovitch, y graba con la orquesta citada las quince sinfonías del mismo compositor, con el que tuvo gran amistad.

Decide instalarse en Occidente el año 1968, y al siguiente es designado director, con Haitink, de la Orquesta del Concertgebouw, puesto que desempeñaba, además de realizar visitas, como maestro invitado, a las principales formaciones sinfónicas europeas.

Los días 6 y 7 de diciembre último, Kondrashin dirigió en Madrid a la Sinfónica de Radiotelevisión Española en un programa en el que se incluían la Octava sinfonía, de Beethoven; el concierto para violín de Mendelssohn, con la soviética Rosa Fain como solista, y La Valse, de Ravel; tres partituras que sirvieron para medir la ductilidad, el buen ordenamiento de planos, la comunicatividad y cierto sentido mágico del color, propios del maestro desaparecido.

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