Se clausuró el I Encuentro de Teatro Hispano-Latinoamericano

Con el compromiso de los participantes de editar los más de setecientos folios que van a suponer la transcripción de los debates celebrados, terminaron el domingo, en Sevilla, las sesiones andaluzas de trabajo del Primer Encuentro de Teatro España-América Latina, que han tenido por escenario, además de esta capital andaluza, las ciudades de Cádiz y Huelva. El encuentro en sí terminó anoche, en Mérida.

Según explicó a EL PAIS el crítico José Monleón, principal animador del Centro Español para las Relaciones con el Teatro de América Latina -entidad organizadora de los actos-, los debates ...

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Con el compromiso de los participantes de editar los más de setecientos folios que van a suponer la transcripción de los debates celebrados, terminaron el domingo, en Sevilla, las sesiones andaluzas de trabajo del Primer Encuentro de Teatro España-América Latina, que han tenido por escenario, además de esta capital andaluza, las ciudades de Cádiz y Huelva. El encuentro en sí terminó anoche, en Mérida.

Según explicó a EL PAIS el crítico José Monleón, principal animador del Centro Español para las Relaciones con el Teatro de América Latina -entidad organizadora de los actos-, los debates se estructuraron en torno a la lectura de breves ponencias, discutidas de forma abierta por los participantes y evitando de forma deliberada las posibles conclusiones en problemas que no han hecho más que plantearse.Concretamente, las ponencias analizadas en Andalucía han sido El teatro de la diáspora, La formación del actor, La creación colectiva, Teatro y proceso político y La organización de un teatro culiural. Para Monleón, «tal vez la única conclusión generalizada a la que cabe llegar es la necesidad de abandonar las ideas ilusorias o triunfalistas sobre la función social del teatro y su capacidad transformadora».

En cualquier caso, ha sido característica general de los debates el que los diferentes discursos y planteamientos se han integrado y vertébrado sin ningún problema, y autores, directores, críticos, actores e historiadores del teatro no han tenido nunca la impresión de estar hablando distintos lenguajes. También la presencia de profesores y estudiosos ha contribuido a documentar excepcionalmente las discusiones, evitando el coyunturalismo y la inmediatez de los debates teatrales.

Lo que ha hecho peculiar este Primer Encuentro de Teatro España-América Latina ha sido también su itinerancia, insólita en congresos de este tipo, en que lo habitual es concentrar a los participantes en una sola ciudad y encerrarlos en una sala de sesiones. José Monleón explica que, «aun a sabiendas de que la itinerancia aumenta los problemas, queríamos que el encuentro de nuestros invitados latinoamericanos fuese no sólo con los especialistas españoles, sino con el país, rompiendo las áreas restringidas propias de estos actos».

Así, el encuentro salió de Madrid y se vinculó de modo especial a la Andalucía atlántica, uniendo el debate a contextos con significación histórica. Los lugares no pudieron ser mejor escogidos: Sevilla, con su Archivo de Indias; Cádiz, con sus Cortes, y La Rábida, con su monasterio de resonancias colombinas. El encuentro resultó así, además de interesante, emotivo.

Al propio tiempo se ha querido enfrentar las dos imágenes de América Latina que existen en nuestro país: una tradicional, caracterizada por el paternalismo y la desconfianza, y otra innovadora, que pretende ser solidaria y crítica. Por eso se homenajeó a Miranda en Cádiz y por eso se ha preferido, sin descartar ayudas de ningún tipo, el apoyo de las diputaciones provinciales como órganos más cercanos al pueblo que la Administración central y vehículos más que probables de futuros encuentros. Por último, los participantes han podido establecer una reacción rica y sugestiva con Andalucía, produciéndose un proceso de mutua identificación por medio del paisaje, la, gente y la forma de hablar.

Homenaje al "cantaor" Juan Talega

Con la lectura de unas cuartillas llenas de sabiduría flamenca por parte de Antonio Mairena y el descubrimiento de una placa en la casa, donde vivió se iniciaron, en la localidad sevillana de Dos Hermanas, los actos de homenaje al gran cantaor Juan Talega, fallecido en 1971.Juan Fernández Vargas, Juan Talega, fue cantaor gitano de una personalidad arrolladora que interpretaba genialmente la soleá y la seguiriya. Tratante de profesión y con escasa producción discográfica, su valor histórico reside en haber servido de puente entre el flamenco de finales del siglo XIX y principios del XX.

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