Marcha de parados agrícolas sobre Sevilla

Anoche estaba prevista la llegada a Sevilla capital de varios centenares de trabajadores agrícolas parados de la comarca de Osuna, que el lunes iniciaron una marcha a pie desde sus pueblos en demanda de soluciones al desempleo. La marcha ha sido organizada por el Sindicato de Obreros del Campo (SOC). Un grupo de afiliados a la misma organización, procedentes de Lebrija, se encuentran encerrados desde hace varios días en la parroquia de Santa Teresa, después de haber llegado también andando a esta ciudad.Los obreros de Osuna tienen intención de entregar en el Gobierno Civil una serie de peticio...

Anoche estaba prevista la llegada a Sevilla capital de varios centenares de trabajadores agrícolas parados de la comarca de Osuna, que el lunes iniciaron una marcha a pie desde sus pueblos en demanda de soluciones al desempleo. La marcha ha sido organizada por el Sindicato de Obreros del Campo (SOC). Un grupo de afiliados a la misma organización, procedentes de Lebrija, se encuentran encerrados desde hace varios días en la parroquia de Santa Teresa, después de haber llegado también andando a esta ciudad.Los obreros de Osuna tienen intención de entregar en el Gobierno Civil una serie de peticiones relativas a la repoblación forestal de más de 10.000 hectáreas de monte improductivo en la comarca, puesta en regadío, racionalización de la introducción de maquinaria en el campo y envío de fondos para el empleo comunitario en los próximos tres meses.

Por su parte, el alcalde de Lebrija, Antonio Torres (PTA), ha dirigido una carta abierta al gobernador civil de la provincia en la que denuncia su negativa a recibirle para tratar del problema del paro en dicha localidad. «A mí no me ha puesto de alcalde ningún gobernador, sino el pueblo llano en unas elecciones libres. Por eso, mi obligación es estar siempre al lado de mi pueblo, y mi pueblo está sin trabajo. Por eso estamos aquí exigiendo que se nos escuche», señala la carta.

El presidente de ASAGA, Javier López de la Puerta, ha denunciado en este sentido la política arancelaria por considerar que no protege las producciones nacionales y la negociación de los precios agrarios, y exigió que las ayudas al sector se concedan con un mayor grado de eficacia, especialmente el pago de las subvenciones y préstamos pendientes y la movilización de los trigos almacenados.

ASAGA protesta por las importaciones realizadas durante 1979, que se han materializado, dijo López de la Puerta, «con decisiones poco objetivas e incidiendo negativamente en las producciones nacionales directamente afectadas».