Crítica:TEATRO

Para niños y pueblo

Una obra didáctica. Sería útil, eficaz, representada ante escolares, hecha para el público infantil de las sesiones de las cuatro de la tarde. Explica las Cortes de Cádiz y su Constitución, las marionetas de los tres reyes (Pepe Botella, Carlos IV y Fernando VII) movidas por Napoleón, la guerra contra los franceses, los sufrimientos del pueblo, la frivolidad culpable de las clases dominantes. Acude a los efectos dialécticos más primarios: el melodrama, el sentimentalismo, la farsa caricaturesca, aplicados siempre desde un concepto de malos y buenos. Lo subraya con canciones y danzas.Hay una ma...

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Una obra didáctica. Sería útil, eficaz, representada ante escolares, hecha para el público infantil de las sesiones de las cuatro de la tarde. Explica las Cortes de Cádiz y su Constitución, las marionetas de los tres reyes (Pepe Botella, Carlos IV y Fernando VII) movidas por Napoleón, la guerra contra los franceses, los sufrimientos del pueblo, la frivolidad culpable de las clases dominantes. Acude a los efectos dialécticos más primarios: el melodrama, el sentimentalismo, la farsa caricaturesca, aplicados siempre desde un concepto de malos y buenos. Lo subraya con canciones y danzas.Hay una manera lejana de Brecht en todo ello, un juego similar al de Théâtre du Soleil, de París cuando presenta 1789 -con menos fondo que Brecht, con menos estética que 1789-, una manera parecida a como el grupo El Búho hace De San Pascual a San Gil.

iViva la Pepa! (Cádiz, 1812), de Juan Antonio Castro

Intérpretes: Octubre, Cooperativa Artística. Música de Rafael López Romo. Escenografía y vestuario de Pablo Gago. Dirección: Luis Balaguer. Estreno: Teatro Fígaro.

El autor dice que es un «teatro de choque» para conseguir la comunicación con el espectador, «su complicidad, su diversión». Si aceptásemos que hay una infantilidad en el espectador popular, este didactismo podría funcionar. Necesitaría entonces, para comprobarlo, otro ámbito distinto de un teatro comercial, donde las cuatrocientas pesetas de la butaca alejan a los que podrían ser recipiendarios de esta lección. El sistema de vales que está funcionando repara, en parte, este problema.

De hecho, el público -domingo por la tarde- que había entrado por este sistema parecía recibir mejor la obra que el que simplemente se había acercado a la taquilla. Reían más, aplaudían mejor. Puede ser un problema de clases sociales, puede ser también que el que paga más siente su inversión menos remunerada.

La compañía de la Cooperativa Artística Octubre interpreta en el mismo tono en que está escrita la obra -y dirigida por Luis Balaguer- Son diez actores que interpretan más de sesenta papeles: tienen que sacrificar la individualidad, o el relieve de cada papel, a los elementos de caracterización.

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