Primeros brotes de una oposición política abierta contra Fidel Castro
La envergadura del cambio ministerial, efectuado recientemente por Fidel Castro -nueve ministros sustituidos y una decena de altos cargos cesados- parece obedecer a la gravedad de la situación económica cubana, a.unque también al hecho de que, por primera vez en los veintiún años de régimen castrista, ha surgido una oposición política que comienza a manifestarse abiertamente, según se estima en medios gubernamentales de Washington, consultados por la agencia France Presse.
Se señala que el reajuste ministerial ha ido precedido por la aparición masiva de panfletos críticos contra ...
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La envergadura del cambio ministerial, efectuado recientemente por Fidel Castro -nueve ministros sustituidos y una decena de altos cargos cesados- parece obedecer a la gravedad de la situación económica cubana, a.unque también al hecho de que, por primera vez en los veintiún años de régimen castrista, ha surgido una oposición política que comienza a manifestarse abiertamente, según se estima en medios gubernamentales de Washington, consultados por la agencia France Presse.
Se señala que el reajuste ministerial ha ido precedido por la aparición masiva de panfletos críticos contra el régimen -hecho sin precedentes durante la historia de la revolución cubana- y por sabotajes contra fábricas, puertos e instalaciones militares. Estas informaciones no han sido nunca reconocidas oficialmente, si bien tanto sectores afines a Fidel Castro como contrarios a él las han aceptado como verdaderas.
Si bien todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones, medios gubernamentales norteamericanos consideran que el alcance, sin precedentes, del reajuste gubernamental cubano confirma la preocupación del presidente Fidel Castro ante la situación interna de su país. Estas medidas se producen asimismo en un momento considerado como muy difícil para el prestigio internacional de la revolución cubana.
Las mismas fuentes recuerdan que a este respecto Fidel Castro acaba de sufrir un verdadero desaire en el seno del grupo de los no alineados, cuando se ha visto obligado a retirar la candidatura cubana al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, después de más de 150 votaciones infructuosas.
La intervención soviética en Afganistán ha supuesto un duro revés a la tesis expuesta por Fidel Castro en la VI Conferencia de los no alineados -el pasado mes de septiembre, en La Habana-, según la cual la Unión Soviética es el «aliado natural» de los pueblos del Tercer Mundo.
Uno de los aspectos que permanece sin una explicación clara, relativo al reajuste ministerial, es el papel futuro de Raúl Castro, hermano del jefe del Estado, hombre fuerte del régimen, considerado como uno de los dirigentes cubanos más fieles a la URSS.
Hay que subrayar que, anteriormente, el presidente cubano era el «responsable» de seis o siete Ministerios, entre éstos el de Defensa, cuya cartera desempeña su hermano Raúl, mientras que ahora Fidel Castro, personalmente, va a controlar de modo directo estos mismos ministerios.
Todo indica que los cubanos no han sido consultados por los soviéticos antes de la invasión de Afganistán y que esta intervención ha molestado particularmente a Fidel Castro.
Según informaciones recogidas por la prensa occidental, en las pasadas semanas las medidas de vigilancia y control se han visto incrementadas en todo el país. La identificación y la vigilancia en las calles, por parte de los comités de defensa de la revolución -que realizan tareas de policía política en las principales ciudades y enclaves rurales del país-, han experimentado un reforzamiento apreciable, mientras en los últimos días se han producido en La Habana varios centenares de detenciones, justificadas como parte de una campaña promovida por las autoridades para la represión de la delincuencia y del acaparamiento y tráfico ilegal de bonos de gasolina.
Se ha señalado asimismo como razón adicional, que una parte de los cambios operados al más alto nivel obedece a una serie de prácticas derivadas de la mala gestión administrativa de algunas de las entidades estatales. Entre estas prácticas se encontraría corruptelas, favoritismos y tráfico de influencias.