La crisis mundial del sector editorial afecta de manera especial a España

Aumentan los títulos y los autores editados, pero disminuyen las tiradas

Especialistas y estudiosos internacionales señalaron recientemente en el Simposio Internacional sobre Industrias Culturales y Modelos de Sociedad, celebrado el mes pasado en Burgos, que disminuye ostensiblemente el ritmo de crecimiento de los productos culturales editados, mientras que crece, por el contrario, el consumo de productos no directamente relacionados con los libros, como son los discos, las cintas de video... Los mismos especialistas han aconsejado que se tenga muy en cuenta este fenómeno, que tiende a desplazar la industria editorial y a convertirla en un futuro, que ya ha comenza...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Especialistas y estudiosos internacionales señalaron recientemente en el Simposio Internacional sobre Industrias Culturales y Modelos de Sociedad, celebrado el mes pasado en Burgos, que disminuye ostensiblemente el ritmo de crecimiento de los productos culturales editados, mientras que crece, por el contrario, el consumo de productos no directamente relacionados con los libros, como son los discos, las cintas de video... Los mismos especialistas han aconsejado que se tenga muy en cuenta este fenómeno, que tiende a desplazar la industria editorial y a convertirla en un futuro, que ya ha comenzado, en una industria internacional de videodisco, videocasettes... ; en definitiva, en una industria de multimedia, dentro de la que el libro sólo desempeñaría un papel de apoyo y complemento del fenómeno audiovisual.Para el profesor Peter Golding, que ha examinado el caso de la crisis editorial en Inglaterra y en otros países industrializados, las claves de esta crisis pasan por la consideración de la estandarización y las contradicciones de este sector. Dentro de estas contradicciones han de incluirse, tanto la concentración de editoriales como la diversificación de títulos. Las editoriales se han dado cuenta de que hay que vender autores, personalidades y han duplicado en sus ediciones el número de autores individuales. El profesor Golding pone el ejemplo de que en Inglaterra, de 38.000 títulos de libros que se publicaron durante el año 1978, se incluían 23.530 nuevos titulos.

Pero no sólo se producen más libros de marcado tinte individual y en mayores cantidades. También el culto al best-seller ha impuesto a los editores un nuevo y endiablado ritmo que en muchas ocasiones se sigue con claro desprecio por la calidad. El fenómeno del best-seller debe colocarse en el contexto de la producción de multimedia, dentro de la que el libro (Tiburón, Holocausto, Raíces, Yo, Claudio, Love Story ... ) es sólo un componente más de la venta de un universo audiovisual. Aquí se encuentra también en parte la causa del de clive del interés por la novela.

La crisis en España

En España, la crisis editorial se manifiesta en parecidos términos. Crece el número de títulos editados, se diversifica el mercado, pero se editan menos ejemplares, se compran pocos libros y, lo que es peor, se lee muy poco. Según datos del Instituto Nacional del Libro Español (INLE), la producción editorial española durante 1978 fue de 24.447 títulos, que se desglosaron en 5.045 de literatura, 2.963 de enseñanza y educación, 1.600 de historia y biografía, 908 de bellas artes, 845 de geografía y viajes, 809 de ciencias naturales, 771 de ciencias médicas, 585 de derecho y 583 de ingeniería.A pesar de este aparente crecimiento, a juzgar por el aumento de los títulos, la crisis está ahí y la reconocen, entre otros, el director de la editorial Espasa-Calpe Fermín Vargas: «En tanto en cuanto exista una crisis en el mundo empresarial, éste tiene su reflejo en el mundo editorial. El libro, objeto específico del mundo editorial, con todas las connotaciones culturales que comporta no deja de ser, al final, un artículo que necesita ser contratado, compuesto, impreso, vendido y cobrado. Por tanto, inciden en él todos los elementos de la economía de la empresa.»

Para el director de Espasa-Calpe, las partes implicadas en el sector editorial han de buscar una salida a esta crisis. Aquí han de tomar cartas el Ministerio de Cultura, con sus direcciones generales del Libro y Bibliotecas, Expansión Cultural e Instituto Nacional del Libro; el subsector de libros de enseñanza del Ministerio de Educación y Ciencia y, en parte también, los ministerios de Hacienda, Comercio y Trabajo. Por otra parte, están los gremios territoriales de editores y otros organismos de reciente creación, como el Consejo Nacional del Libro, en el que participan conjuntamente miembros de la Administración pública y editores.

¿Pueden también las ferias del libro -en la Casa de Campo o en el Retiro o en los barrios- ayudar a resolver esta crisis en cuanto las ferias se enfocan desde un punto de vista comercial? «Es importante», añade el director de Espasa-Calpe, «contar con un escaparate como el de la Feria del Libro, por cuanto que se conocen a través de ella las preferencias del público lector y sirven de base para la realización de una determinada política editorial. Sin embargo, entendemos que la Feria del Libro no debe ser sólo un canal de comercialización, sino también un sistema que permita al público lector conocer mejor la vocación actual de nuestro sector, en toda la amplia acepción de la palabra.»

Pero existen otras causas de la crisis de la industria editorial española, que creció muy rápidamente a partir de los años sesenta y que la convirtió en pocos años en la cuarta potencia mundial editorial por el número de títulos publicados. Este crecimiento del sector editorial no fue apoyado por los adecuados medios comerciales, librerías y sistemas de distribución. Por ejemplo, en relación con el número de librerías, España es, con respecto a la media europea, deficitaria en librerías. Según datos del INLE existen en nuestro país 4.153 librerías fijas y se venden también libros en 10.186 puntos.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Archivado En