Notas para la intervención de Marcuse en TVE

El pasado mes de mayo, Herbert Marcuse tenía previsto venir a España para participar en un coloquio que sobre el tema Sistemas políticos organizó el programa de televisión La clave. Por dicho programa ya habían aparecido conocidos líderes de la rebelión estudiantil de los años sesenta, como Rudy Dutschke y Daniel Cohn-Bendit. Tras algunas vacilaciones, Marcuse -que hubiera preferido intervenir en el tema El compromiso del intelectual, lo cual no fue posible por las fechas- aceptó, gracias a las gestiones de Lola Respaldiza, y envió un texto de once folios, escritos en cast...

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El pasado mes de mayo, Herbert Marcuse tenía previsto venir a España para participar en un coloquio que sobre el tema Sistemas políticos organizó el programa de televisión La clave. Por dicho programa ya habían aparecido conocidos líderes de la rebelión estudiantil de los años sesenta, como Rudy Dutschke y Daniel Cohn-Bendit. Tras algunas vacilaciones, Marcuse -que hubiera preferido intervenir en el tema El compromiso del intelectual, lo cual no fue posible por las fechas- aceptó, gracias a las gestiones de Lola Respaldiza, y envió un texto de once folios, escritos en castellano, a José Luis Balbín, director de La clave, que tenía intención de leer antes de su intervención. Una bronconeumonía y un ataque al corazón, sin embargo, obligaron a su internamiento en una clínica de Francfort.Marcuse tenía la intención de participar en el programa cuando estuviera restablecido, para hablar del tema del socialismo en una sociedad avanzada. «El programa de televisión va a organizar un programa sobre este tema en homenaje al filósofo desaparecido. Por gentileza de la dirección del programa, ofrecemos a nuestros lectores unos extractos del escrito citado. que consisten en unas notas para el desarrollo de su intervención. Como se verá, estas notas responden solamente a tres de las cuatro preguntas planteadas por el filósofo.

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El socialismo en la sociedad democrática avanzada

Quisiera recordar brevemente la noción de Marx sobre el socialismo. Según Marx, en una sociedad socialista (no distingue esencialmente entre socialismo y comunismo):- Los medios de producción y las fuerzas productivas en general son propiedad de la asociación de productores y están controlados por ellos.

- Primeramente, por los obreros industriales, y luego, mientras las diferencias de clase van desapareciendo, por todos los trabajadores, tanto manuales como intelectuales.

El control de las fuerzas productivas se ejerce en forma democrática en todos los niveles de la sociedad: locales, regionales, federales, en el lugar de trabajo, en sectores urbanos, en los pueblos, en el campo, etcétera.

Esta sería la democracia directa, con asambleas populares locales como la base de la pirámide, con delegados electos y revocables en cualquier momento por mayoría de voto.

¡El vértice de la pirámide es responsable de la base!

El control del proceso productivo tiene como objeto la abolición gradual de la probreza y de la escasez, luego, el desarrollo de todas las facultades y necesidades individuales.

El requisito es la progresiva reducción del tiempo de trabajo invertido en trabajo social necesario, pero «enajenado», hasta que la proporción que existe en el capitalismo sea invertida:

- El tiempo libre para el desarrollo creador llega a ser el contenido vital, mientras el trabajo enajenado se reduce en gran parte.

Este programa socialista presupone un alto grado de desarrollo técnico, una gran riqueza social de recursos materiales e intelectuales, una clara conciencia de la posibilidad y necesidad de abolir el sistema capitalista y una clase obrera militante que luche por este fin.

Por tanto, Marx previó el triunfo de una revolución socialista, principalmente en los países industriales más avanzados.

Tal revolución no ha tenido lugar, aunque, según el concepto de Marx, el capitalismo avanzado estaría «maduro» para la transición al socialismo.

Cuatro preguntas:

1. ¿Porqué razones?

2. ¿Ha sido refutado el análisis de Marx?

3. ¿Podemos anticipar realistamente el colapso?

4. ¿Qué perspectivas existen para un cambio social radical y para la transición al socialismo?

1. Marx vio en la creciente productividad del trabajo la fuerza que impulsaba el avance del capitalismo y que, al mismo tiempo, produciría su colapso. ¿Por qué razón? Porque una creciente productividad significa una mecanización y racionalización crecientes, creando de esta manera una disminución en la proporción del trabajo humano físico. El resultado es la disminución de la fuente de ganancia; es decir, del poder del trabajo humano y de la tasa de ganancia.

Pero Marx subestimó las «tendencias contrarias», a saber:

a) El crecimiento de la productividad fue tan grande que compensó la proporción desfavorable del trabajo vivo y del trabajo mecanizado.

b) La expansión imperialista del capital abrió grandes áreas del Tercer Mundo al mercado capitalista (fuente de mano de obra barata, energía. salarios, primas, etcétera).

c) La productividad, cada vez mayor, de la metrópoli y la explotación de los países subdesarrollados permitieron al capitalismo crear y mantener un alto nivel de vida para la privilegiada población de la metrópoli, que contrarrestó el desarrollo de una conciencia socialista radical.

d) El crecimiento de los grandes sindicatos protegió a la clase obrera de las formas más aborrecibles de explotación.

e) La dirección estatal (gubernamental) de un gran sector de la economía; la «economía mixta».

2. Estas «tendencias contrarias» que hacen posible la reestabilización del capitalismo no refutan el análisis de Marx del capitalismo, porque están implícitas y anticipadas en los conceptos mismo de Marx, bajo la categoría general de capitalismo de Estado. Marx consideró esta transformación del capitalismo como la última, antes de la transición al socialismo.

Es precisamente este concepto de transición el que debe ser reexaminado.

3. Las contradicciones internas continúan operando en el capitalismo avanzado:

a) La inflación, el desempleo estructural, la presión de la tasa de ganancia.

b) La existencia de conflictos dentro de la órbita capitalista: Europa occidental, Estados Unidos y Japón.

c) Las luchas de independencia en los países en vías de desarrollo.

d) Fuerza de la órbita comunista. La tendencia ambivalente es la siguiente: Permite también la reestabilización del capitalismo al abrir nuevos y vastos mercados.

El capitalismo responde frente a estas amenazas con una represión creciente:

a) Amplio control de la problación a través de medios computarizados.

b) Fortalecimiento de las agencias de seguridad, la guardia nacional y la policía.

c) Racionalización de la economía: la creación de una gran reserva de desempleados de la industria.

d) Reducción de los derechos y libertades civiles: una tendencia hacia la democracia autoritaria.

La represión, en conjunción con el alto nivel de vida que todavía se sustenta, es, en gran medida, efectiva en mantener a la oposición (trabajadores y burgueses radicales) dentro del sistema (lucha economicista, más bien que lucha política de clases).

La oposición socialista, confrontada con un régimen capitalista que restringe los derechos y las libertades democráticas, se ve con el papel de «postergar» la estrategia revolucionaria y de concentrarse en la lucha para «salvar» Y extender los logros democraticos, ¡que siguen siendo una precondición para la transición al socialismo!

La democratización de la estrategia socialista en el interior del sistema capitalista se encuentra ante la perspectiva de ser integrada a la sociedad capitalista (al estilo de la socialdemocracia alemana): esto es hoy una posibilidad real:

- ¡Le corresponde ala oposición socialista comprobarlo o desmentirlo!

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