Ha muerto la poetisa uruguaya Juana de Ibarbourbu
La poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou falleció en la madrugada del domingo pasado en Montevideo, a los 84 años de edad, víctima de un paro cardíaco.
Juana Fernández prescindió de su apellido para formar su nombre literario con el de su marido, aunque desde hace cincuenta años es también conocida como Juana de América, nombre con el que fue proclamada por la argentina Alfonsina Storni y la chilena Demira Agustini, tres mujeres que junto con Gabriela Mistral figuran en la historia de la literatura latinoamericana.Juana de Ibarbourou nació en 1895 en la ciudad campesina de Melo, d...
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La poetisa uruguaya Juana de Ibarbourou falleció en la madrugada del domingo pasado en Montevideo, a los 84 años de edad, víctima de un paro cardíaco.
Juana Fernández prescindió de su apellido para formar su nombre literario con el de su marido, aunque desde hace cincuenta años es también conocida como Juana de América, nombre con el que fue proclamada por la argentina Alfonsina Storni y la chilena Demira Agustini, tres mujeres que junto con Gabriela Mistral figuran en la historia de la literatura latinoamericana.Juana de Ibarbourou nació en 1895 en la ciudad campesina de Melo, departamento de Cerro Largo. Educada en un convento, contrajo matrimonio a los dieciocho años con un militar. A los pocos años de casarse empezaron a publicarse sus poemas, sobre todo en el diario La Razón, de Montevideo. Su poesía es esencialmente femenina, amorosa y sincera. La obra poética se compone de Las lenguas de diamante (1919), El cántaro fresco (1920), Raíz salvaje (1922), La rosa de los vientos (1930), Loores de Nuestra Señora (1934), Estampas de la Biblia (1934), Los sueños de Natacha (1945), Pérdida (1950), Azor (1953) y Romances del destino (1955). La evolución poética ha sido comparada al ciclo de la vida humana, donde el paso del tiempo adquiere en los libros sucesivos una gran importancia.
En 1953 se publicó en Madrid la primera edición de sus Obras Completas, incluyendo dos libros de poesía inéditos: Dualismo y Mensajes del escriba. Dos años después su obra fue premiada por el entonces Instituto de Cultura Hispánica. En 1957, recibió el gran premio de Literatura de Uruguay. En 1950 fue nombrada presidenta de la Sociedad Uruguaya de Escritores. En prosa publicó Epistolario (1927), un libro de lecturas para niños, y los cuentos El cántaro fresco y Chico Carlo (1944).