Críticas del público a teóricos y profesionales de la comunicación

Fiesta-debate sobre alternativas a los medios de masa

«Sois unos dictadores de la comunicación; unos mercaderes de palabras.» «No sois tan malos como realmente parecéis; si yo me subo al status donde estáis, yo también me haría mala.» «¿Para qué sirve un teórico de la comunicación como vosotros si no tenéis ni idea de los recursos comunicativos concretos que deben emplear chicas normales como yo cuando un señor nos toca el culo en el Metro?»

Expresiones tan radicales como éstas dan idea del tono polémico y crítico que alcanzó la fiesta-debate sobre comunicación popular celebrada el último día de la Feria del Libro en el salón de actos del ...

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«Sois unos dictadores de la comunicación; unos mercaderes de palabras.» «No sois tan malos como realmente parecéis; si yo me subo al status donde estáis, yo también me haría mala.» «¿Para qué sirve un teórico de la comunicación como vosotros si no tenéis ni idea de los recursos comunicativos concretos que deben emplear chicas normales como yo cuando un señor nos toca el culo en el Metro?»

Expresiones tan radicales como éstas dan idea del tono polémico y crítico que alcanzó la fiesta-debate sobre comunicación popular celebrada el último día de la Feria del Libro en el salón de actos del Pabellón de Cristal, con motivo de la presentación del libro Alternativas populares a las comunicaciones de masa. Al acto, que revestía aires de fin de fiesta cultural, asistieron cerca de novecientas personas, que en todo momento mostraron interés por el tema debatido. Pasadas las diez de la noche tuvieron que suspenderse los debates y las actuaciones del conjunto musical Los Indianos, por orden expresa de los encargados del local, ya que debían cumplir con el horario previsto.«Estamos situados en una estructura institucional no alternativa.» Estas palabras, de José Vidal Beneyto, coordinador del libro que ha editado el Centro de Investigaciones Sociológicas, refiriéndose al lugar que ocupaban los componentes de la mesa de debate, situarían el punto de partida de la polémica. También en la introducción del acto, José Vidal Beneyto diría que el libro -resultado de una conferencia internacional sobre el mismo tema, celebrada en Cambrils y Barcelona, en mayo del año pasado- es la piel de un fracaso comunicativo entre los asistentes, «pero aún así es quizá el mejor inventario de lo que hoy puede ser la comunicación alternativa popular».

José Vidal Beneyto todavía profundizó más: «No hay ningún medio que sea alternativo en sí, ni ningún medio», aunque sea nuevo, «que resuelva mágicamente el problema de la comunicación. Lo alternativo es exclusivamente lo que se opone a lo dominante. El poder es radicalmente incompatible con la alternatividad de lo popular.» Esta concepción sería más adelante matizada por algún participante en la mesa diciendo que no se podía hablar de comunicación alternativa, sino más bien de comunicación alterativa.

En la tarima elevada del escenario se sentaban los profesionales de medios de comunicación Ricardo Cid (La Calle), Alvaro Feito (Ozono), Guillermo Heras (grupo de teatro Tábano), Jerónimo López Mozo (autor teatral), Juan Margallo (del grupo El Gayo Vallecano), Montserrat Roig (periodista y escritora), Rosa Montero (periodista y escritora), Manuel Vicent (periodista y escritor) y Juan Pablo Silvestre (cantante rock). Ocuparon también un puesto en la mesa de discusión Carlos Aguirre, periodista y ponente en el congreso y los profesores de la facultad de Ciencias de la Información de Madrid Gonzalo Abril, Jorge Lozano y Ricardo José Pérez García, todos ellos también ponentes en el congreso de Barcelona.

Luego comenzaron las críticas de los asistentes a teóricos y profesionales: «Sois dictadores de la comunicación, o al menos representáis a medios que dictan la comunicación. Utilizáis la palabra como mercancía de poder en la democracia y, quizá porque tenéis que sobrevivir, construís cualquier tipo de simulacro por acomodaros al poder y engañar a los de abajo. Olvidáis con frecuencia que la auténtica comunicación exige un esfuerzo por parte del emisor y del receptor.»

«Creo en la palabra, reivindico la palabra», comentaría Montserrat Roig. «Todo depende de lo que digas, cómo lo digas y a quién se lo digas.» Montserrat Roig hablaría también de la corrupción de muchos de los actuales periodistas de izquierda. Pilar Salcedo, escritora y profesora de la facultad de Ciencias de la Información, presente también en el acto, intervendría para defender la comunicación que existe entre periodista y lector, entre escritor y lector.

Pero no todo es malo en los profesionales, «esos señores que una vez que han accedido a los medios recurren a la sensatez y a otros recursos que mascaran a quienes tienen el auténtico poder sobre ellos». Estos profesionales «tienen también la alternativa de mejorar los propios medios». Entre tanto ataque a los emisores de la información hubo alguien que se atrevió a apuntar que las trabas a la comunicación provenían fundamentalmente del exterior al medio, y puso como ejemplos de falta contra la libertad de expresión los procesos seguidos contra Albert Boadella o contra el propio Telesforo Monzón.

Luego vinieron las críticas a los teóricos y a los llamados especialistas en comunicación. «No sois capaces de resolver los problemas prácticos. ¿Dónde están vuestros conocimientos?» Y, por fin, se apuntaron algunas alternativas de comunicación que quizá debían experimentarse por la vía de las asociaciones de vecinos, las fiestas populares, la escuela, los centros de planificación familiar... «La alternativa», se dijo, « está en la calle. »

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