Comité de Desarme de la ONU, amenazado por las superpotencias

Las mismas razones de total supremacía de las grandes potencias, que paralizaron e hicieron fracasar al organismo precedente, amenazan el buen funcionamiento del nuevo Comité de Desarme de las Naciones Unidas, que celebró ayer su segunda sesión de trabajo.

Con no poca desilusión, los delegados de los países no alineados del Comité, que constituyen mayoría, escucharon al delegado norteamericano, Adrian Fisher, sostener que su país estima que «los intereses y los puntos de vista de los Estados más implicados en el problema del desarme deben gozar de una atención superior a la de otro...

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Las mismas razones de total supremacía de las grandes potencias, que paralizaron e hicieron fracasar al organismo precedente, amenazan el buen funcionamiento del nuevo Comité de Desarme de las Naciones Unidas, que celebró ayer su segunda sesión de trabajo.

Con no poca desilusión, los delegados de los países no alineados del Comité, que constituyen mayoría, escucharon al delegado norteamericano, Adrian Fisher, sostener que su país estima que «los intereses y los puntos de vista de los Estados más implicados en el problema del desarme deben gozar de una atención superior a la de otros países».Esta «sugerencia» se opone frontalmente a las aspiraciones de los países no alineados, que abogan por una participación integral en las negociaciones sobre desarme.

El embajador norteamericano informó al Comité que está cercana la fecha en que Estados Unidos y la URSS firmen un acuerdo SALT-II sobre limitación de armas estratégicas.

Los problemas pendientes se resolverán en un futuro próximo, aseguró, y se mostró, menos optimista en las negociaciones bilaterales sobre prohibición de usos de armas químicas, anunciando, por otra parte, que muy pronto se podrá firmar un acuerdo prohibiendo las armas radiológicas.

Finalmente, en cuanto al congelamiento total de ensayos nucleares, habló, como en oportunidades anteriores, de «progresos substanciales», indicando que los principales problemas pendientes en dichas negociaciones trilaterales entre Estados Unidos, la URSS y Gran Bretaña reside en ciertas técnicas de verificación del futuro tratado.

Por otra parte, el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Pelegrín Torras de la Luz, planteó inesperadamente el tema del «desmantelamiento de las bases militares extranjeras», señalando que para Cuba tiene importancia vital, porque «como conocen los señores delegados -afirmó-, Estados Unidos mantiene una base naval y aérea en nuestro país, contra la voluntad expresa de nuestro Gobierno».

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Dos destacados miembros del movimiento no alineado, Argel y México, a través de sus embajadores en la Conferencia, expusieron con anterioridad la necesidad de que las diferentes conversaciones de las superpotencias, ya fueran las bilaterales, SALT, o las trilaterales para la prohibición de ensayos nucleares, se realizaran dentro del marco de las Nacione s Unidas o informasen convenientemente a la Conferencia.

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