Frente diplomático para buscar una solución política

Ya no cabe ninguna duda de la existencia de un frente diplomático, posiblemente coordinado desde Washington, cuyo propósito básico es presionar a Anastasio Somoza para que renuncie o, cuando menos, acepte alguna fórmula política que ponga fin a la cruenta guerra civil desatada en Nicaragua. Una prueba fehaciente es la simultaneidad con la que se han producido dos hechos importantes: la declaración conjunta firmada por los ministros de Asuntos Exteriores de Costa Rica y Venezuela y la toma de postura del Departamento norteamericano de Estado.Por la primera, Venezuela se ha comprometido formalme...

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Ya no cabe ninguna duda de la existencia de un frente diplomático, posiblemente coordinado desde Washington, cuyo propósito básico es presionar a Anastasio Somoza para que renuncie o, cuando menos, acepte alguna fórmula política que ponga fin a la cruenta guerra civil desatada en Nicaragua. Una prueba fehaciente es la simultaneidad con la que se han producido dos hechos importantes: la declaración conjunta firmada por los ministros de Asuntos Exteriores de Costa Rica y Venezuela y la toma de postura del Departamento norteamericano de Estado.Por la primera, Venezuela se ha comprometido formalmente a prestar toda clase de ayuda a Costa Rica «para defender su integridad territorial». Esta meridiana toma de postura por parte de las autoridades venezolanas da su exacto valor al gesto del presidente Carlos Andrés Pérez de enviar un pequeño, pero bien pertrechado, contingente de combate aéreo a Costa Rica.

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Coincide esta importante decisión con otro hecho trascendente: Estados Unidos ha hablado, por fin, y ha «Instado» al Gobierno de Anastasio Somoza para que acepte una mediación encaminada a detener la lucha en su país. Aunque la declaración del Departamento de Estado es cauta y genérica, tiene el alto significado de que el poderoso vecino del Norte parece aceptar públicamente la existencia de un conflicto serio en Nicaragua, cosa que hasta ahora había parecido ignorar.

Los observadores de los graves momentos que vive Nicaragua coinciden en afirmar que son tre las soluciones que se manejan para resolver la crisis y neutralizar, al mismo tiempo, la posibilidad de una «cubanización» en ese país centroamericano. Las tres por supuesto, contemplan la desaparición de Anastasio Somoza de la presidencia.

Una sería la instalación de un triunvirato militar compuesto por oficiales jóvenes y no excesivamente comprometidos con el somocismo, que pacificara al país y preparara la celebración de elecciones generales. La segunda consistiría en la instalación de un Gobierno provisional Integrado por los dirigentes de los sectores que más se han distinguido en la oposición «civilizada» contra Somoza. La tercera vía supondría la puesta en marcha de la solución «constitucional »: renuncia de Somoza, elección en el Congreso de un sustitutoque pactaría con la oposición las exigencias básicas de ésta.

No se ve clara la salida, de cualquier forma. Los únicos elementos incontestables de la situación son, por el momento, la testarudez de Somoza el recrudecimiento de la lucha armada y la creciente internacionalización del conflicto.

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