"Las dos memorias", de Jorge Semprún, en la Filmoteca

Dentro del ciclo que la Filmoteca Nacional programó sobre la XIV Confrontación de Perpignan, que este año estuvo dedicada a la filmografia de la guerra civil española, se ha pasado el filme Las dos memorias, único filme dirigido por el escritor y guionista Jorge Semprún, realizado hace ya seis años.Las dos memorias, pese a ser un filme-documento, no rompe en absoluto con el resto de la obra de Semprún. Para comenzar, es uno de los filmes más honestos e inteligentes de todos los que han tomado como tema la guerra civil española y su posguerra. Realizado en 1972, ...

Dentro del ciclo que la Filmoteca Nacional programó sobre la XIV Confrontación de Perpignan, que este año estuvo dedicada a la filmografia de la guerra civil española, se ha pasado el filme Las dos memorias, único filme dirigido por el escritor y guionista Jorge Semprún, realizado hace ya seis años.Las dos memorias, pese a ser un filme-documento, no rompe en absoluto con el resto de la obra de Semprún. Para comenzar, es uno de los filmes más honestos e inteligentes de todos los que han tomado como tema la guerra civil española y su posguerra. Realizado en 1972, Las dos memorias carece del oportunismo y el partidismo de que adolecen la mayoría de los filmes de su género. Entre tantos señores que se dedican a contarnos su versión de la historia, Semprún opta por un estilo que se llama honestidad, por el reportaje ordenado pero no manipulado. Ante su cámara hablan gente como Santiago Carrillo, Simón Sánchez Montero, Federica Montseny, José Peirats, Manuel Irujo, Juan Andrade, André Malraux, Lucio Losa, J. M. Gil Robles, Wilebaldo Solano, Dionisio Ridruejo, Fernando Claudín, Gabriel Jackson, Ian Gibson, el abad de Montserrat, Juan Goytisolo, Xavier Domingo, José Martín Artajo, Carmen Claudín, Lucy Durán, María Casares, Raimon, José Menese e Yves Montand.

Las dos memorias es también -quizá antes que nada- un filme sobre el recuerdo. Desde los primeros planos de las playas del sur de Francia repletas de turistas que traen inmediatamente a la pantalla (la memoria) otras imágenes de esas mismas playas convertidas en improvisados campos de concentración para los refugiados españoles, todo el montaje de la película está articulado en dos planos, referidos el uno al otro constantemente.