Crítica:

La filosofía española en el exilio

Entre las cualidades de esta obra sobresalen la objetividad, la medida clásica y su clara limpidez expositiva. El profesor Abellán realiza no sólo una labor de elucidación y exploración rigurosa, sino que rescata uno de los valores más hondos de la filosofía española, pues, de un tajo conceptual terminal y para siempre, con el olvido involuntario, unas veces, consciente, otras, de la filosofía española del exilio. Sin embargo, no cae en la tentación maniquea de oponer a una España sombría y escolástica del interior, la luminosa, ilustrada y moderna del exterior.Comienza el estudio de la filoso...

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Entre las cualidades de esta obra sobresalen la objetividad, la medida clásica y su clara limpidez expositiva. El profesor Abellán realiza no sólo una labor de elucidación y exploración rigurosa, sino que rescata uno de los valores más hondos de la filosofía española, pues, de un tajo conceptual terminal y para siempre, con el olvido involuntario, unas veces, consciente, otras, de la filosofía española del exilio. Sin embargo, no cae en la tentación maniquea de oponer a una España sombría y escolástica del interior, la luminosa, ilustrada y moderna del exterior.Comienza el estudio de la filosofía española actual con la figura universal de don José Ortega y Gasset quien, para el profesor Abellán, no es sólo un filósofo, sino también un meditador estético, político y sociológico. Sigue diciéndonos que después de la guerra civil se acumulan años de oscurantismo filosófico, pero, aun dentro de, aquella España clerical y cerril, aparecen en la izquierda falangista figuras como Dionisio Ridruejo, el profesor Lain Entralgo y Antonio Tovar, que iluminan esa noche negra del pensamiento. Luego, surgen dos filósofos de evidente personalidad: Xavier Zubiri con su creación escasa, aunque profunda y original, apoyada en un gran aparato científico como Naturaleza, Historia, Dios y Sobre la esencia; y José Luis Aranguren, con Catolicismo y Protestantismo y Etica. En aquellos años, el profesor Aranguren abre el horizonte filosófico español a las corrientes teológicas protestantes, a la filosofía analítica, al neo-positivismo e inaugura el diálogo cristiano-marxista. Paralelamente se constituye en América la filosofía española del exilio. Y se crea, lo que llama el autor una situación escandalosa: la ruptura cultural entre ambas Españas y la voluntaria ignorancia u ocultación del prodigioso florecimiento cultural de la España del exilio o de los nuevos heterodoxos españoles. El profesor Abellán destaca la importancia de las obras de José Gaos, Eugenio Imaz, Ferrater Mora, María Zambrano y otros. Entre éstos, sobresalen las figuras de Joaquín Xirau, uno de los creadores con Mounier, al decir de Jean Lacroix, del personalismo cristiano, y Eduardo Nicol, quien desarrolla una obra filosófica seria, fundamental en México y que se incluye dentro de la Escuela de Barcelona. Su obra El problema de la filosofía hispánica constituye una de sus aportaciones a la, dilucidación del complejo problema de las corrientes filosóficas españolas.

Panorama de la filosofía española actual -una situación escandalosa-

José Luis A bellán. Espasa-Calpe, S. A. Madrid, 1978.

Como personalidad señera, original e independiente de escuelas o clasificaciones, el autor señala la gran figura filosófica en el exilio de Juan David García Bacca, que realiza la conjunción extraordinaria de universalismos con la tradición hispánica. García Bacca invita a filosofar, siguiendo a Antonio Machado y, a la vez, escribe Elogio de la técnica, estudia la poesía de Mallarmé y se sumerge en los misterios de la física-metemática.

También lleva a cabo una original interpretación del marxismo en su obra Humanismo teórico, práctico y positivo según Marx. Curso sistemático de filosofía actual, obra al decir de Abellán de las más importantes del autor, constituye un plan de transformación de la filosofía, la ciencia, la física, la biología, la historia y la dialéctica.

Panorama de la filosofía española actual, aunque no es una obra de crítica filosófica, es una narración significativa del acontecer especulativo español con iluminaciones certeras, juicios exactos y penetrantes sobre cada pensador. Esta obra concluye con un estudio de las diversas corrientes del marxismo español, que prueban su gran riqueza especulativa. El profesor Abellán rehuye pronunciarse y definirse a través de este proceso histórico. Aplica exactamente la máxima de Espinosa: «no sollozar ni indignarse, sino entender». Así, libre de anteojeras dogmáticas, lleva a cabo la admirable labor de intelección de una historia española intrincada, caótica y dramática.

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