Celebración del bicentenario de "La Scala" de Milán
El español José Carreras protagoniza el "Don Carlos" de Verdi
Con la ópera de Giuseppe V Don Carlos se inauguró anoche Milán, la temporada del bicentenario del Gran Teatro Lírico de Scala. Cuatro horas y media, canto lírico del tenor español Carreras en el papel de don Calos Nicolai Ghiaurov (Felipe 11), Piero Cappucilli (Rodrigo), Bengt Rundgren (Gran Inquisidor), Mirella Freni (Isabel de Valois), Elena Obrastozova (princesa de Eboli), han dado cita a la gran burguesía de Italia y de media Europa en un grandioso espectáculo que todavía conserva la más exquista y pura tradición melódica italiana. El día 7 de enero próximo s transmitido por Mundovi...
Regístrate gratis para seguir leyendo
Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
Con la ópera de Giuseppe V Don Carlos se inauguró anoche Milán, la temporada del bicentenario del Gran Teatro Lírico de Scala. Cuatro horas y media, canto lírico del tenor español Carreras en el papel de don Calos Nicolai Ghiaurov (Felipe 11), Piero Cappucilli (Rodrigo), Bengt Rundgren (Gran Inquisidor), Mirella Freni (Isabel de Valois), Elena Obrastozova (princesa de Eboli), han dado cita a la gran burguesía de Italia y de media Europa en un grandioso espectáculo que todavía conserva la más exquista y pura tradición melódica italiana. El día 7 de enero próximo s transmitido por Mundovisión.J osé Carreras ha obtenido gran éxito de público y de crítica.
Como cuando canta Monse Caballé, la crítica italiana es unánime en reconocer en el tenor español uno de los mejores del mundo en su género. Con los cantantes, con los médicos y los poetas españoles los italianos no suelen escatimar los elogios que niegan casi siempre a políticos y deportistas.
El Don Carlos, de Verdi, es melodrama en cinco actos que fue estrenado el 11 de marzo de 1867 en la Opera de París. Debido
enorme duración Verdi se vio obligagado a suprimir ocho fragmentos. El director de orquesta Clau Abbado ha recuperado, en la
versión de ayer, tres de ellos, entre los que sobresale el preludio y, en la primera parte del tercer acto, un «coro danzado» de ritmo español al que sigue el momento en que princesa de Eboli se viste de reina.
Ante tanto esplendor escenográfico y alta calidad de espectáculo han pasado en sordina a seguñdo plano dos polémicas. La primera ha visto enfrentarse duramente al maestro de orquesta austriaco Von Karajan y a la Radio- televisión Italiana, defendiendo primero los derechos de la compañía privada cinematográ bávara Unitel, para que la ópera no fuera mundialmente transmitida por televisión. La segunda polémica, no menos ruidosa y más peligrosa, ha sido político-social.