Entrevista:

'No creo en la posibilidad de una moda liberadora"

Entrevista con Margarita Riviére, especialista en Sociología de la Comunicación

Para los padres de la semiología -Roland Barthes, Umberto Eco, etcétera- las distintas formas de vestido y adorno constituyen un lenguaje comparable al hablado o escrito. Sin embargo, dado que en nuestra sociedad la manera de vestir está condicionada por las variaciones de la moda y otros factores de tipo económico y social, cabe preguntarse hasta qué punto el traje es un vehículo capaz de suministrar una información.

Sobre este punto se centra el trabajo de Margarita Riviere -diseñadora, periodista y profesora de la facultad de Ciencias de la Información de Barcelona- que ha editado ha...

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Para los padres de la semiología -Roland Barthes, Umberto Eco, etcétera- las distintas formas de vestido y adorno constituyen un lenguaje comparable al hablado o escrito. Sin embargo, dado que en nuestra sociedad la manera de vestir está condicionada por las variaciones de la moda y otros factores de tipo económico y social, cabe preguntarse hasta qué punto el traje es un vehículo capaz de suministrar una información.

Sobre este punto se centra el trabajo de Margarita Riviere -diseñadora, periodista y profesora de la facultad de Ciencias de la Información de Barcelona- que ha editado hace unos meses Gustavo Gili, La moda: ¿comunicación o incomunicación?, y que representa una primera aproximación científica a la interpretación del fenómeno de la moda en un determinado contexto social.Con Margarita Riviere hemos mantenido esta entrevista:

EL PAIS: En su libro habla de la moda como vehículo de comunicación a nivel individual, pero como ejerce la moda esa función comunicativa?.

Margarita Riviére: El vestido -prefiero usar este término, pues es más exacto que moda- transmite información sobre el grupo social al que pertenece un individuo. La primera imagen que recibimos de una persona, a través de su aspecto e indumentaria, es clarificatoria; por ella la situamos en determinado lugar de la escala social y deducimos su nivel de poder. Esto es esencialmente claro en un tipo de sociedad competitiva como la nuestra.

El contacto personal puede modificar la imagen que formamos de alguien por su forma de vestir, pero eso es lógico, ya que el traje puede decir bastante sobre el grupo social al que pertenece el individuo, pero muy poco sobre su estructura síquica.

EL PAIS: ¿Y sobre su ideología política?

M. R.: Existen unas convenciones, una moda, que distingue a la gente de izquierdas de la gente de derechas-, el aspecto de Felipe González y el de Adolfo Suárez ejemplariza esta convención. Ahora bien, como toda convención, ésta puede ser utilizada en diversos sentidos, lo que demuestra el posible carácter de disfraz del traje. Tengo amigos que sólo se ponen corbata para ir a las manifestaciones, en cambio. otra gente -habitualmente vestida de acuerdo con la moda oficial de derechas- se pone tejanos para acudir a un festival de música joven.

El PAIS: ¿Cree en la posibilidad de una moda liberadora, y concretamente, liberadora de la personalidad de la mujer que es quien más sufre su tiranía?

M. R.: No creo en la posibilidad de una moda liberadora, puesto que la palabra moda, además de presuponer la existencia de unas convenciones y de unas normas de conducta, arrastra tras de sí una importante organización económica alienadora y manipuladora del individuo. Sin embargo, sí creo en la posibilidad de un traje liberador que, fuera de este marco, se base en elementos como la funcionalidad, la comodidad y la estética.

EL PAIS: ¿Qué papel ha desempeñado el vestido y los cambios de la moda en la evolución de la civilización occidental?

M. R.: La Primera Asamblea democrática Francesa decretó, en 1789. «la abolición de las diferencias de clase en cuanto al vestido». Esto resume bastante bien la historia social del traje, que se podría explicar como un intento continuado de los grupos que detentaban el poder político o económico de distanciarse. por medio de sus vestidos, del resto de los mortales. Por qué se desarrollaron tan pronto las manufacturas y la industria textil?, ¿por qué se realizaron expediciones arriesgadísimas a la busca, entre otras cosas, de tejidos preciosos como la seda?, ¿por qué los poderosos siempre han cuidado tanto su vestimenta?... En mi opinión la respuesta a estas cuestiones es que el traje ha sido, y todavía es, un signo del poder individual y grupal del ser humano. Desde este punto de vista podría ser considerado como un símbolo, de la lucha de clases en la que se base una de las posibles interpretaciones de la historia de la humanidad.

EL PAIS: Cuál cree que es la acción social de la moda, y.coneretamente,de la moda española?

M. R.: -Para mí no existe una moda española, sino un internacionalismo de la moda -en aquellos en los que la moda es una institución, una norma económica-,que interpreto como uno de los logros más importantes del capitalismo monopolista.

Una serie de industrias imponen a media humanidad unos criterios vestimentarios definidos por los diseñadores y difundidos por las revistas, cadenas comerciales, grandes almacenes y personajes populares que se proponen como modelo a imitar. Hasta el momento, todas las reacciones de protesta contra esta situación -la anta moda, por ejemplo- han sido asimiladas y aprovechadas por el mismo sistema capitalista. .Por todo esto creo que la moda actúa como un instrumento manipulador y deformador de la libre comunicación.

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