Cartas al director

Maestras expatriadas

Somos un grupo de tres maestras gallegas destinadas en el mismo pueblo andaluz en distintos concursos de traslados, y las tres, con, destino forzoso. No sabemos a qué puerta llamar, y tratamos de pulsar muchos timbres con la esperanza de que alguien nos abra.Estos destinos son un problema planteado desde hace varios años en los lugares donde el número de maestros supera, aparentemente, el de puestos de trabajo. El resultado directo es la emigración de estos maestros y sus hijos a los lugares donde la Administración tiene a bien expatriarlos. Pero, ¿por qué siempre decimos «maestros», cu...

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Somos un grupo de tres maestras gallegas destinadas en el mismo pueblo andaluz en distintos concursos de traslados, y las tres, con, destino forzoso. No sabemos a qué puerta llamar, y tratamos de pulsar muchos timbres con la esperanza de que alguien nos abra.Estos destinos son un problema planteado desde hace varios años en los lugares donde el número de maestros supera, aparentemente, el de puestos de trabajo. El resultado directo es la emigración de estos maestros y sus hijos a los lugares donde la Administración tiene a bien expatriarlos. Pero, ¿por qué siempre decimos «maestros», cuando en realidad debiéramos decir «maestras»?

Hace unos cuantos años eran muy escasas las agrupaciones escolares mixtas y había dos clases de escuelas: las de niños regidas por maestros y las de niñas regidas por maestras. Hoy los grupos escolares son mixtos, y cuando una mujer llega a su lugar de destino es tratada en absoluta igualdad con un hombre, pero, ¿cuántos puntos necesita una mujer para tener acceso al mismo puesto de trabajo que un varón? ¿Por qué los concursos de traslados tienen un capítulo con plazas reservadas para loss hombres? ¿Cuándo va a terminar la anacrónica discriminación que venimos padeciendo las mujeres, quienes vemos que, las plazas que deseamos las llevan los hombres sin más derecho ni más mérito que ser hombre?

Nuestros hijos crecen en una tierra que no es suya, oyendo hablar de una manera que no es la suya, son huérfanos con padre, y nuestra familia, nuestra tierra y nuestra casa está en lejanas regiones.

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Hay cientos de maestras en nuestras condiciones: tratando de reunir un montón de puntos para regresar a sus respectivas tierras, mientras que unos maestros con la oposición recién terminada se colocan definitivamente en unas plazas que debieran ser nuestras por derecho.

Esperamos contar con la buena fe del MEC, ya que esta reivindicación no es de tipo económico, sino de simple y elemental justicia.

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