San Isidro 77. Primera de feria

Monumento al maestro

La afición estaba emocionada. Por fin se había correspondido con cuanto supuso el maestro en esta época de la tauromaquía: un monumento perpetúa su memoria frente a la puerta grande de Las Ventas. El alcalde de Madrid, autoridades, la viuda del torero, lo inauguraban por la mañana. Lágrimas y ovaciones. Pero, ¿a quién? Porque, al descorrerse el lienzo, a muchos les parecio que en aquel espléndido grupo escultórico el torero a hombros no era Antonio: «No es ése el gesto, ni la expresión, ni nunca puso así las manos en las salidas triunfales.» El monumento perpetúa su memoria. Pero, aun sin él, ...

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La afición estaba emocionada. Por fin se había correspondido con cuanto supuso el maestro en esta época de la tauromaquía: un monumento perpetúa su memoria frente a la puerta grande de Las Ventas. El alcalde de Madrid, autoridades, la viuda del torero, lo inauguraban por la mañana. Lágrimas y ovaciones. Pero, ¿a quién? Porque, al descorrerse el lienzo, a muchos les parecio que en aquel espléndido grupo escultórico el torero a hombros no era Antonio: «No es ése el gesto, ni la expresión, ni nunca puso así las manos en las salidas triunfales.» El monumento perpetúa su memoria. Pero, aun sin él, Antonio Bienvenída permanece vivo en el recuerdo de los aficionados.

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