"Todavía no se ha publicado en España toda la verdad sobre Guernica"
Entrevista con el historiador Herbert Southworth
El historiador norteamericano Herbert R. Southworth, residente en Francia, intervino ayer en el ciclo sobre la guerra civil española, que organiza la facultad de Económicas de la Autónoma, donde habló sobre Fascismo español y guerra civil. El próximo domingo intervendrá en Guernica en una mesa redonda de historiadores sobre la destrucción de la villa vasca hace cuarenta años.
El profesor Southworth ha dedicado al fascismo español gran parte de sus investigaciones. Ya en 1939 publica en la revista norteamericana Foreign Affairs uno de los primeros artículos sobre el tema. En la ac...
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El historiador norteamericano Herbert R. Southworth, residente en Francia, intervino ayer en el ciclo sobre la guerra civil española, que organiza la facultad de Económicas de la Autónoma, donde habló sobre Fascismo español y guerra civil. El próximo domingo intervendrá en Guernica en una mesa redonda de historiadores sobre la destrucción de la villa vasca hace cuarenta años.
El profesor Southworth ha dedicado al fascismo español gran parte de sus investigaciones. Ya en 1939 publica en la revista norteamericana Foreign Affairs uno de los primeros artículos sobre el tema. En la actualidad prepara una nueva edición de Antifalange, donde analiza el movimiento fascista español.«El fascismo se manifestó -declara Herbert Southworth- en Europa occidental y central entre la revolución rusa de 1917 y la descolonización que siguió a la segunda guerra mundial. Lo que pasó en España, una experiencia única en el mundo, fue la prolongación artificial de la estructura administrativa fascista. Hay que reconocer que las administraciones fascistas en Italia y Alemania fueron destruidas solamente por ejércitos invasores, y en España no hicieron ningún esfuerzo para derribar la Administración fascista española, que se quedó muriendo un poco cada año. »
«La guerra civil española ha sobrevivido las fechas exactas de 1936 a 1939, porque dio lugar al nacimiento de un régimen que encarnaba la clase victoriosa. Creo que la paz interna tiene que pasar por el reconocimiento general de la verdad sobre los orígenes, los hechos y las consecuencias de la guerra. Puede haber discrepancias y habrá siempre, pero no puede continuar la situación que ha durado casi cuarenta años en que una sola versión de los hechos de la guerra civil se ha permitido en el país, mientras gran parte de la población sabía, por sus propias experiencias, que esa versión fue manchada por falsedades. »
Los libros de Herbert Southworth: El mito de la cruzada de Franco (1963), Antifalange (1967) y La destrucción de Guernica (1975), publicados por Ruedo Ibérico, de París, todavía no circulan por nuestras librerías. «Soy casi el único extranjero cuyos libros siguen prohibidos. A pesar de la democratización, ningún libro mío tiene autorización para entrar en España y siempre he escrito para el público español.»
El próximo día 26 se cumple el cuarenta aniversario de la destrucción de Guernica. En opinión del profesor Southworth, todavía no se ha publicado en España toda la verdad sobre este hecho histórico. «En mi libre ofrezco cuatro problemas que hay que resolver acerca de Guernica: cómo fue destruida, quién la destruyó, por qué y la controversia sobre la verdad durante cuarenta años. Voy a sintetizar mi opinión: Guernica fue destruida por bombas explosivas e incendiarias alemanas, arrojadas por pilotos alemanes, en aviones alemanes. Fue un bombardeo para sembrar el pánico entre los vascos, decidido por los alemanes en España con las autoridades franquistas, sin saber nada Berlín. La propaganda de los franquistas decía que la guerra civil no era una guerra infernal, sino. una guerra santa. Luis Bolín comenzó la mentira sobre Guernica, y si persiste durante cuarenta años es porque el régimen español nunca ha podido admitir que la guerra era infernal y no santa.»
Para el profesor Southworth, la caída de la estructura estatal del franquismo «indica que el régimen no tuvo otras raíces que la existencia de Franco y las fuerzas económicas que le habían escogido para representarles. Estas fuerzas se habían cansado de él desde hace tiempo, pero tenían más miedo del cambio desconocido que de las inconveniencias de continuar un régimen que había perdido todo valor real».