Cartas al director

Secretaría General del Movimiento y los presupuestos

El presupuesto general del Estado para 1977, presentado a la prensa el día 10 del presente mes, parece, entre otras cosas, querer contestar a la pregunta que ese mismo día se hacía EL PAIS en su documentado artículo de política interior titulado «¿Existe el Movimiento?».Todas las dudas metafísicas, jurídicas o de cualquier otra índole quedan suficientemente disipadas ,ante el hecho tan simple y tan concreto de una cifra: 4.950.175.000 pesetas para el Consejo Nacional y Secretaría General del Movimiento.

Y uno, claro, se pregunta: ¿en qué quedamos, pero no decían que iba a desaparecer? E...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El presupuesto general del Estado para 1977, presentado a la prensa el día 10 del presente mes, parece, entre otras cosas, querer contestar a la pregunta que ese mismo día se hacía EL PAIS en su documentado artículo de política interior titulado «¿Existe el Movimiento?».Todas las dudas metafísicas, jurídicas o de cualquier otra índole quedan suficientemente disipadas ,ante el hecho tan simple y tan concreto de una cifra: 4.950.175.000 pesetas para el Consejo Nacional y Secretaría General del Movimiento.

Y uno, claro, se pregunta: ¿en qué quedamos, pero no decían que iba a desaparecer? Entonces, si su final es inminente, ¿cómo se explica la adjudicación de casi cinco mil millones de pesetas para que se las gasten los señores del otrora Partido Unico?

Porque, ahora que ya está oficial (para unos) y oficiosamente (para los más) admitida la existencia de muchos partidos políticos (los cuales tienen que subsistir, al menos teóricamente, con las aportaciones de sus militantes y simpatizantes), no parece justo ni ético que uno de ellos esté siendo subvencionado por todos los ciudadanos.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Cuando se observa, además, la identidad existente entre miembros del Movimiento (funcionarios) y militantes del «nuevo» partido político autorizado FET y de las JONS, puede uno llegar a preguntarse también si no estará subvencionando indirectamente al partido del señor Fernández Cuesta.

Mientras tanto oímos las voces de muchos que nos dicen que ni los del Movimiento ni los del señor Fernández Cuesta son auténticos falangistas.

¿Nos podría explicar el señor Carriles a quién estamos subvencionando entre todos los contribuyentes con esos reiterados cinco mil millones de pesetas?

Archivado En