Retiran de la venta miles de botellas de leche en Madrid

La Subdirección General de Veterinaria, dependiente de la Dirección General de Sanidad, está procediendo a la recogida de miles de litros de leche embotellada en los establecimientos de venta al público. Parece ser que también en Bilbao se están retirando de la venta botellas de leche de la misma marca, «Central Lechera Asturiana». El motivo de esta medida de precaución es que es muy posible que la leche esté afectada por un bacilo llamado «estearotermofilus», que habría sido detectado y aislado en Madrid en las botellas esterilizadas de la mencionada marca.

Lo que caracteriza a este ba...

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La Subdirección General de Veterinaria, dependiente de la Dirección General de Sanidad, está procediendo a la recogida de miles de litros de leche embotellada en los establecimientos de venta al público. Parece ser que también en Bilbao se están retirando de la venta botellas de leche de la misma marca, «Central Lechera Asturiana». El motivo de esta medida de precaución es que es muy posible que la leche esté afectada por un bacilo llamado «estearotermofilus», que habría sido detectado y aislado en Madrid en las botellas esterilizadas de la mencionada marca.

Lo que caracteriza a este bacilo, que no es patógeno, es que no sólo resiste perfectamente el calor, sino que el mismo favorece su existencia, y por tanto sobrevive a las normas de esterilización del producto que deben observar obligatoriamente las centrales lecheras.

Este bacilo se alimenta de lactosa, elemento constitutivo de la leche, que transforma en ácido láctico, produciendo así un sabor amargo muy fuerte en el líquido que, además puede llegar a coagularse.

Parece que algunas muestras analizadas dieron una acidez de unos 36 grados dornic, cuando la acidez normal de la leche es de 18 grados dornic. Desde el punto de vista de las alteraciones que pueda originar en las personas, parece que no tiene efectos patológicos, salvo las derivaciones que esta fuerte acidez pueda tener en algunos organismos propensos.

El subdirector general de Veterinaria en funciones, doctor Luis Revuelta, ha manifestado que, por su parte, se está efectuando «una comprobación de rutina sobre la estabilidad de la conservación de la leche en los lotes fabricados en el mes de agosto, no solamente en cuanto a la leche de la Central Lechera Asturiana, sino a la de todas las marcas», y que «hasta el momento no ha habido ninguna alteración de tipo humano por ingestión del producto».

También las botellas presuntamente retiradas en Bilbao tenían en el envase la fecha del mes de agosto.

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Directivos de la empresa mencionada han declarado que de momento no tienen información oficial sobre este hecho, aunque sí tienen conocimiento de que han sido tomadas muestras de sus productos en varios centros de venta fuera de la provincia.

«Esta práctica —han manifestado-— es completamente normal por parte de los distintos órganos inspectores. Asimismo es corriente que en los productos lácteos se produzca algún tipo de acidez, bien por un fallo mecánico (en un porcentaje que no llega al 2 por 1000), bien por deficiencias no imputables al proceso de fabricación, tales como la excesiva exposición a la luz en los envases plásticos o por defectos de soldadura en los envases de cartón. De todas formas, hay que esperar el resultado de los análisis oficiales y, con posterioridad el resultado de los análisis contradictorios presentados por la empresa.»

Por su parte, el director general de los consumidores. Martín Fernández, manifestó que no tenía noticias de ningún caso de intoxicación por ingestión de leche, y ofreció cualquier tipo de colaboración para investigar el caso y adoptar las medidas necesarias que sean de su competencia.

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