Crítica:

Desde Praga, con stalinismo

La autora de esta novela "Verano en Praga", huyó de Checoslovaquia para escapar del régimen soviético, y ahora vive en Canadá en compañía de su esposo, también novelista. En su narración describe la agobiante situación policíaca queje obligó a expatriarse y pronto se nota que el curso de su novela se halla salpicado de rasgos autobiográficos, situaciones vividas y en emociones sentidas, que la convierten en un alegato y una exculpación a la vez que sirven para explicar su decisión de desarraigarse de su patria.Como la autora, también la protagonista Jana Honzlova pertenece a un conjunto folkló...

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La autora de esta novela "Verano en Praga", huyó de Checoslovaquia para escapar del régimen soviético, y ahora vive en Canadá en compañía de su esposo, también novelista. En su narración describe la agobiante situación policíaca queje obligó a expatriarse y pronto se nota que el curso de su novela se halla salpicado de rasgos autobiográficos, situaciones vividas y en emociones sentidas, que la convierten en un alegato y una exculpación a la vez que sirven para explicar su decisión de desarraigarse de su patria.Como la autora, también la protagonista Jana Honzlova pertenece a un conjunto folklórico, pero a diferencia de Zdena Salivarova, en los grupos expedicionarios de su conjunto al extranjero, no la dejan viajar. No es de confianza porque su padre se marchó al extranjero y su familia pequeño-burguesa paga las consecuencias. Un hermano está encarcelado, otro trabaja forzosamente en las minas de uranio, y las hermanas están desbandadas, y a Jana sólo le queda un caserón viejo lleno de chinches, su madre y un hermano pequeño, aparte de su trabajo en el coro. Pero como ni ella ni los suyos se integran en un mundo en donde se ingresa y se progresa mediante la adulación y la bajeza, están marcados en los círculos a la intemperie del régimen, y la carpeta de Jana en los legajos de la policía política y en su propio conjunto rebosa de denuncias de desafección.

Verano en Praga

Zdena Salivarova. Ediciones Ayma,Barcelona, 1976.

No hay solución en esta novela, patética cuyo interés se halla en el poder transmisor de unas condiciones de vida que aun realzadas por la técnica del patetismo narrativo ("¿Hacía falta que muriese el niño?", se cuenta que le dijo el rey Jorge V a Aldoux Huxley hablándole de "Contrapunto", pregunta que cabría hacer a Zdena Salivarova también). Pero se piensa que quizá hiciera falta cerrarle a la protagonista toda esperanza, taponarle los resquicios de su sociología de perteneciente a "la otra clase", para resaltar lo que un régimen policíaco puso en ello.

Prescindiendo de ello, grandes dosis de autenticidad, creíble desde la experiencia de la autora y su testimonio, pasan por la novela, porque el mundo de estricta obediencia comunista que representó el stalinismo no hace falta enfocarlo desde su costado más sangriento.

Desde la misma vida normal y familiar de un país satélite, de vieja tradición liberal y socialista, debió ser tan asfixiante como describe esta novela.

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